Migrantes señalan a los “gases paralizantes” como origen de masacre en Melilla, España
Unos dos mil 500 migrantes subsaharianos, la mayoría procedentes de Sudán del sur y que se refugiaban en el Barrio Chino de la ciudad marroquí de Nador, intentaron cruzar a territorio español.
Los 133 migrantes subsaharianos que lograron cruzar a suelo español en Melilla, actualmente se encuentran retenidos en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI). De ahí no pueden salir y están las 24 horas del día bajo custodia policial.
El origen de la masacre fueron los “gases paralizantes” que lanzaron contra ellos los agentes de la Guardia Civil española y la gendarmería marroquí, coinciden en declarar al diputado vasco de EH-Bildu. Jon Iñarritu, que logro hablar con ellos.
Esto provocó que no pudieran reaccionar ni a las avalanchas provocadas por la estámpida ni al pánico que generó la represión de la policía fronteriza. Ni siquiera ellos, que vivieron en primera persona los hechos, fueron capaces de decir el número exacto de muertos.
La madrugada de ese viernes 24 de junio, unos dos mil 500 migrantes subsaharianos, la mayoría procedentes de Sudán del sur y que se refugiaban en el Barrio Chino de la ciudad marroquí de Nador, intentaron entrar de forma masiva a Melilla.
Fue una operación organizada de forma rudimentaria, simplemente se aproximaron de forma simultánea hasta la valla fronteriza, si acaso cargando algún palo de madera para defenderse de la policía, e intentaron trepar por la valla, que mide entre seis y diez metros de altura y que tiene un sofisticado sistema de vigilancia y electrificación.
Según la versión de los migrantes, al menos según explicó el parlamentario vasco, cuando intentaron trepar por la valla se activó el dispositivo policial, tanto de los gendarmes marroquíes como de la policía fronteriza española. Y que precisamente cuando estaban intentando entrar a Melilla de forma masiva, la primera respuesta de los agentes, sobre todo los españoles, fue lanzarles “gases paralizantes”.
Esa sustancia, que provoca ceguera temporal y un profundo ardor en las extremidades, hizo que centenares de ellos no pudieran reaccionar ni a la avalancha humana que se había generado por el propio intento de salto masivo ni a las actuaciones represivas de la gendarmería marroquí.
Según los migrantes retenidos en el CETI y que se reunieron con el parlamentario vasco Iñarritu, eso provocó que muchos cayeran al vacio desde lo más alto de la valla y que no tuvieran capacidad para reaccionar. Y, por tanto, que murieran o resultaran gravemente heridos.
El diputado vasco es el único que hasta ahora se ha podido entrevistar con los migrantes que sobrevivieron a la tragedia, quienes hasta la fecha no han recibido ningún tipo de asistencia ni de ayuda por parte de la Fiscalía española ni del Defensor del Pueblo, a pesar de que se comprometieron hace más de una semana de abrir una investigación.
Por eso Iñarritu, que además recabó pruebas físicas del material antidisturbios utilizado en el operativo, como bolsas de gases lacrimógenos, pidió que “se pongan las imágenes de todo el perímetro de la valla a disposición de la ciudadanía, ya que las preguntas sobre lo ocurrido a un lado y al otro de la frontera se acumulan y el Gobierno sigue sin comparecer”.
Además denunció que recolectó “numerosos objetos de material antidisturbios, como son las balas propulsoras, que habían sido disparadas, partes de botes de gas utilizados por agentes españoles, que estaban claramente escritos en castellano y, de igual forma, pelotas de goma”.
Iñarritu criticó la postura del gobierno español, presidido por el socialista Pedro Sánchez, quien elogió la actuación de las policías que intervinieron en el operativo y aseguró que la crisis se “había resuelto bien”, a pesar de los fallecidos, que según cifras oficiales de Marruecos son 23, pero diversas organizaciones no gubernamentales que trabajan en la zona elevan la cifra a 37, incluso 45 personas.
El gobierno argelino denunció que podrían ser “un centenar” los muertos. Hoy mismo, la vocera del Ejecutivo español, Isabel Rodríguez aseguró que “conviene no obviar que se trata de una agresión a las fronteras europeas, que es lo que ha estado expresando el gobierno todo este tiempo”.
Ante la magnitud de la tragedia y el oscurantismo que prevalece en la investigación, diversas organizaciones sociales enviaron una carta el presidente español en el que le instan a impulsar una investigación independiente. En la misiva, las organizaciones denunciaron el “desproporcionado uso de la fuerza contra la población civil”. “El hecho de que las operaciones en la frontera se hayan realizado por los cuerpos de seguridad de los dos países no debe obstaculizar la necesaria rendición de cuentas y atribución de responsabilidades”, exigieron.
Asimismo denunciaron un aumento de la violencia a raíz de la reanudación de la colaboración entre España y Marruecos en materia migratoria, y manifiestaron que estos crímenes son consecuencia de políticas que vulneran el derecho a la vida y los tratados internacionales de derechos humanos ratificados por ambos Estados.
“Sucesos como el de Melilla, responden a una política migratoria europea y española, sustentada en la militarización y externalización de las fronteras a terceros países no seguros, en el racismo institucionalizado y en la criminalización de quienes ejercen su derecho a la movilidad y a la búsqueda de protección”, afirmaron.
Entre las organizaciones firmantes se encuentran Alianza por la Solidaridad-ActionAid, Andalucía Acoge, CEAR, Entreculturas, La Coordinadora de Organizaciones para el Desarrollo, Médicos del Mundo, Médicos Sin Fronteras, Red Acoge, Servicio Jesuita a Migrantes, Save the Children y Stop Mare Mortum.