Referendo en Donbas llama a un nuevo orden mundial
La votación fue abrumadora a favor de convertirse en parte de Rusia, la participación fue significativa, a pesar del continuo bombardeo de la región por parte de Kiev.
Las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, así como las regiones de Zaporozhye y Jersón, votaron abrumadoramente a favor de convertirse en parte de Rusia, al igual que la participación fue significativa, a pesar del continuo bombardeo de la región por parte de Kiev.
Moscú había anunciado que el presidente Vladimir Putin y el parlamento del país actuarían con prontitud y firmarían todos los documentos necesarios si las personas de las regiones de Donbas, Jersón y Zaporozhye votaban para unirse a Rusia.
Purnima Anand, presidenta del Foro Internacional BRICS y la Federación Internacional de Clubes Juveniles Indo-Rusos (IFIRYC), quien visitó Donbas como observadora internacional del referendo declaró acerca de los eventos que se desarrollaron allí.
Según Anand, la votación fue “muy justa y transparente”, estaba claro que “la gente quería votar”. No estaban bajo ninguna presión, era de su propio interés participar y declararse independientes e iguales, los vio cantando y bailando, afirmación esta que desmiente la cobertura sobre el terreno por parte de los medios occidentales.
De acuerdo con criterios de la funcionario de los BRICS, Rusia dio un «paso humanitario» al apoyar a la gente de Donbas en su deseo de decidir su propio futuro, y también es una gran contribución para que las futuras generaciones de la región obtengan «"igualdad de derechos y «seguridad", teniendo en cuenta que los residentes locales han estado bajo constantes ataques tras el golpe de estado respaldado por Estados Unidos en Kiev en 2014.
“El referendo es un llamado a un nuevo orden mundial”, expresó Anand, que agregó que observadores internacionales de alrededor de 70 países mostraron su interés en la votación, desde Europa hasta África.
Las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk (DPR y LPR, respectivamente) proclamaron su independencia de Ucrania en 2014 después de celebrar votaciones por su autodeterminación. En febrero de 2022, Rusia reconoció a la RPD y la LPR y comenzó la operación militar especial en Ucrania en respuesta a los pedidos de ayuda de la población de habla rusa.
A lo largo del conflicto desde 2014, Ucrania ha llevado a cabo operaciones utilizando, entre otros explosivos, las minas terrestres antipersonal dispersables PFM-1 prohibidas por el Tratado de Ottawa de 1997 y el protocolo de 1996 de la Convención de Ginebra.