Líder tunecino considera que la crisis requiere otro liderazgo
Secretario General del Partido de los Trabajadores tunecinos dice que no hay entusiasmo en las calles para elecciones en el país.
El secretario general del Partido de los Trabajadores tunecinos, Hamma Hammami, declaró que la normalización con la ocupación israelí es una de las condiciones para que su país reciba apoyo financiero internacional.
Hammami dijo en una entrevista con Al Mayadeen que "no hay entusiasmo en las calles tunecinas por las elecciones, la mayoría las boicotearán, lo que sucederá no es más que una farsa política y uno de los episodios del golpe llevado a cabo por Kais Saied (presidente de la nación)".
Según el dirigente de los trabajadores ya no están en una república, sino en un sultanato, una monarquía, y luego vendrá la farsa comicial para instalar un consejo sin poderes.
Al mismo tiempo, se conoce que la ley electoral actual excluye a los partidos políticos, las mujeres y los jóvenes.
Kais Saied aprovechó una situación podrida para dar un golpe de Estado contra la constitución y los logros nacionales de la nación, aseveró.
Hammami consideró que el gobierno mendiga dinero a nivel mundial y es posible que no lo obtenga del Fondo Monetario Internacional (FMI). Además, resaltó que el FMI es dominado por países importantes y no da dinero sin imponer condiciones.
"Las soluciones a la crisis económica requieren otro liderazgo que no esté sujeto a las instituciones internacionales. La aprobación de la Unión General del Trabajo de Túnez sobre las decisiones económicas del gobierno lo pondrá en confrontación con su base popular".
"Las principales fuerzas políticas y sindicales no están interesadas en estas elecciones porque ya se conocen sus resultados", expresó.
La oposición en Túnez está conformada por la derecha representada por el Frente de Salvación y el Partido Constitucional Libre. Mientras, el Laborista no puede estrechar la mano al movimiento Ennahda, que tiene una gran responsabilidad en el fracaso de los últimos diez años.
La única solución es derribar el sistema en la calle a la luz de la imposibilidad de derrocarlo mediante elecciones, cambiarlo requiere un trabajo de evaluación significativo y una revisión de la década anterior, significó Hammami.
Cabe señalar que Túnez experimenta una grave crisis política desde el 25 de julio de 2021, cuando Kais Saied comenzó a imponer medidas excepcionales, incluida la destitución del gobierno, la disolución del Consejo Judicial y la congelación del trabajo del Parlamento.
Asimismo, promulgó leyes mediante decretos presidenciales, aprobó una nueva constitución mediante referéndum el pasado 25 de julio, y adelantó la fecha de elecciones parlamentarias para el 17 de diciembre próximo.