En Ucrania, la suerte está echada para Occidente
El canciller de Rusia, Serguéi Lavrov, advirtió que Moscú no caerá en la trampa de un "conflicto congelado" y dará una respuesta firme y consistente a la guerra y a la Cumbre del G7.
Rusia no dará la vuelta ni observará en modo pasivo cómo Estados Unidos pretende integrar a Ucrania a la OTAN para mantener una herida abierta en sus fronteras occidentales mediante un conflicto congelado y permanente, valoró el exdiplomático de la India M. K. Bhadrakumar.
En un artículo publicado en el sitio Observatorio de la crisis, el experto analizó el actual desarrollo de la guerra, a raíz de la toma del centro de comunicaciones estratégicas en la ciudad de Artiómovsk (Bajmut), en Donetsk, por parte de las fuerzas rusas, a pesar de la resistencia prolongada de miles de soldados ucranianos.
Según sus argumentos, esta derrota resultó dolorosa en especial para el presidente ucraniano, Vladimir Zelenski, quien se jactó ante los legisladores estadounidenses en diciembre pasado de no perder esa pelea, y comparó la lucha por Bajmut con la decisiva Batalla de Saratoga (1777) durante la Guerra por la independencia de EE.UU.
Mientras la ciudad cedía, en los debates y acuerdos de la cumbre del G7, celebrada en Hiroshima, emergía como principal objetivo la doble contención de los gobiernos de Rusia (en el campo de batalla) y China, para eliminarlos como rivales geopolíticos, lo cual lleva implícito el mensaje de declarar enemigo de la élite a cualquier país por reclamar un lugar independiente en el mundo, razonó el experto.
La reacción de Rusia llegó en voz de su ministro de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, quien advirtió a la OTAN: "Pueden esperar una respuesta firme y contundente".
En opinión de Bhadrakumar, sólo una victoria total sobre Kiev hará entender a Washington y Londres que Moscú habla en serio sobre los tres objetivos planteados para su operación militar especial: seguridad y protección de la comunidad rusa, con derecho a vivir en paz y dignidad en los nuevos territorios; desmilitarización y desnazificación de Ucrania, y un gobierno en ese país con un proyecto neutral, soberano e independiente de Estados Unidos.
Lejos de disuadirlo, la hostilidad de la Casa Blanca profundiza la determinación del gigante euroasiático, afirmó el experto, para quien la campaña rusa pudiera expandirse a toda la región al este del río Dniéper si Occidente mantiene su escalada provocadora.
En su artículo cita al presidente de Rusia, Vladimir Putin, cuando en julio del año pasado alertó sobre la intención de la OTAN de luchar “hasta el último ucraniano”, sin pensar en la tragedia de ese pueblo.
“Ellos deben saber que aún no hemos comenzado nada en serio", dijo entonces Putin, y todo apunta al inicio de esa “seriedad“ en las acciones de este mes, valoró el analista indio.
También llamó la atención sobre otra advertencia rusa: cuanto más dure la operación militar, más difícil será para Occidente negociar con el Kremlin, y no habrá contraofensiva ucraniana capaz de cambiar la suerte para el eje anglosajón.
Con el ejército de Zelenski agotado, nada impedirá a las tropas moscovitas avanzar hacia Jarkov y Odessa, estimó Bhadrakumar, y si Washington repite su comportamiento habitual, es de esperar que no haga nada, como en Vietnam, Afganistán, Irak o Siria.
Ese criterio es compartido por el analista estratégico y coronel retirado del ejército norteamericano, David MacGreggor: "Cuando nos va mal, volvemos a casa. Lo hacemos siempre y creo que está en la agenda ahora”.
Así opinó en una entrevista televisiva, donde compartió su visión de las fuerzas militares de su país como potencia aeroespacial y marítima, pero no como potencia continental o terrestre, y lo mismo opinó de Reino Unido, a diferencia de la capacidad y experiencia rusas.
De acuerdo con el exmilitar, citado por Bhadrakumar en su artículo, si el proceso para la membresía de Ucrania en la OTAN se estanca, las garantías occidentales podrían variar desde un acuerdo de defensa mutua hasta pactos de armas como los utilizados con “Israel”, lo cual mantendría el conflicto entre una guerra activa y un enfrentamiento frío, y eso equivale a un fracaso occidental.
El texto de Bhadrakumar también abordó la falsa narrativa de una posible derrota militar y derrocamiento de Putin, como si pudieran convencer al mundo de un Moscú dispuesto a dar la espalda a una maniobra cuya pretensión real es consumir los recursos rusos durante las próximas décadas y complicar sus lazos con los vecinos.
El error es de Occidente, valoró el experto: a juzgar por las contundentes declaraciones de Lavrov y las cada vez más frecuentes alertas sobre el desastre desde varios sectores norteamericanos, la suerte está echada para Rusia, pero también para Ucrania y cualquier proyecto hegemónico desde de Occidente.