Por segunda eliminatoria consecutiva, la franquicia de Colorado remontó un 1-3 adverso y batió a su oponente en el séptimo y último partido de la serie, para firmar una de las mayores proezas de la historia de las postemporadas en el deporte profesional de Estados Unidos.

La cara opuesta de la moneda es la que protagonizaron unos Clippers que suman una nueva -quizás la más grande- decepción a su archivo de fracasos en playoffs, tras desperdiciar en tres ocasiones la oportunidad de avanzar por vez primera a una semifinal de liga.

Como en los duelos cinco y seis, el equipo angelino mantuvo la ventaja en la primera mitad del choque, pero nuevamente el pivot Nikola Jokic y el escolta Jamal Murrary halaron de los Nuggets para darle vuelta el marcador y poner tierra por medio hasta el final del partido.

El grandote serbio dejó para los anales estadísticos un fenomenal triple-doble de 16 puntos, 13 asistencias y 22 rebotes, además de tres bloqueos y par de robos, mientras el pequeño Murray sí vino esta vez con el fusil calibrado y anidó 40 cartones, incluidos seis de 13 en triples.

En tanto, desastroso es el término mínimo para calificar los desempeños de las dos estrellas de Clippers: Kawhi Leonard y Paul George, quienes apenas lograron 14 y 10 puntos, respectivamente, y solo cinco combinados en la segunda parte del partido.

A partir del jueves los sorprendentes Nugetts tendrán una prueba aún mayor a las dos anteriores cuando se midan a los todopoderosos Lakers de LeBron James y Anthony Davis en la final del Oeste.

Esa será la primera vez que la escuadra de la elevada capital del estado de Colorado se presente en este tipo de instancias, y aunque sobre el papel salgan en desventaja, muy poco les parecerá ya imposible a los pupilos del técnico Michael Malone.