La historia de Palestina se teje en El Salvador
Un nuevo museo cuenta la historia de Palestina antes la Nakba (Catástrofe) de 1948.
Una extraña sensación invade al visitante cuando por estos días llega al Club Árabe de El Salvador. Será la energía que emerge de sus vitrinas, será la historia de las leyendas que lo rodean, o el embrujo de sentirse, al mismo tiempo, en dos partes del planeta.
En este lugar de la Calle Mirador, en San Salvador, los promotores ultiman los preparativos para la apertura del primer Museo de Palestina en América Latina.
Las evidencias están muy bien delineadas, desde los cuadros que recrean la mezquita de Al-Aqsa hasta los bordados tradicionales de Nablus o Ramallah.
Aquí se mantienen intactas las linternas antiquísimas que anuncian el inicio del sagrado de Ramadán cada noveno mes del calendario islámico.
También trascienden las salas tradicionales donde, justo a la hora del té, los familiares tejen un tapiz de relatos.
Desde el área dedicada a la música aún parecen escucharse el ritmo del oud árabe, acompañado por el riq (pandereta).
Como parte del complejo cultural, atesora un lugar para los campos palestinos: un olivo pequeño, un rastrillo de madera, una cesta y las versiones más auténticas de la tetera despiertan la admiración.
El presidente de la Asociación Salvadoreña Palestina, Simán Kury, agradece la colaboración de tantas personas. Sabe que, junto a cada una de estas piezas, está el esfuerzo de mucha gente que donó sus más valiosos tesoros.
La gran institución creada y soñada para un público de América Latina responde a la idea de reflejar al territorio del Levante antes de la Nakba (catástrofe) de 1948, el proceso de colonización ejecutado por “Israel” que desplazó a miles de ciudadanos.
Y junto a todos los recuerdos, llega el dolor del genocidio en curso desde octubre de 2023, causante del martirio de decenas de miles de niños y civiles inocentes.
Hoy este lugar mantiene intacto el espíritu de un país que resiste, llora, lucha, incluso bajo el estallido mismo de las bombas.