Asesinato de Nasrallah puede arrastrar a EE. UU. a una guerra regional
Durante el último año, la administración de Joe Biden temió que una gran escalada contra Hizbullah desencadenara una guerra regional. "Israel" ha restado importancia a esas preocupaciones.
Los diplomáticos de Estados Unidos en "Israel" encontraron sus teléfonos móviles zumbando con alertas el viernes por la noche advirtiendo sobre una importante escalada en Líbano.
Las alertas se produjeron como resultado del asesinato por parte de "Israel" del principal líder de la Resistencia de Líbano (Hizbullah), Hassan Nasrallah, en los densamente poblados suburbios del sur de Beirut.
El sábado, Hizbullah confirmó que su secretario general, que dirigía la organización durante 32 años, fue asesinado.
La acción criminal tomó por sorpresa a tres funcionarios estadounidenses en la región y en Washington DC, lo que generó la idea de que "Israel", el aliado más cercano de la Casa Blanca en Medio Oriente, llevó a la administración norteamericana al borde de una guerra regional.
Durante meses, el gobierno de Joe Biden centró sus esfueros en lograr un alto al fuego en Gaza que esperaba que mantuviera a raya las tensiones regionales.
Según los diplomáticos estadounidenses, el asesinato de Nasrallah desvió toda la atención hacia Líbano y el llamado "Eje de la Resistencia" de Irán.
Un diplomático norteamericano en la región, informado por funcionarios israelíes, indicó que "Israel" estaba "a punto de lanzar una invasión terrestre contra Líbano".
"Dicen que una invasión terrestre es necesaria no sólo para que los israelíes regresen al norte, sino para evitar que "Tel Aviv" sea atacada", añadió el diplomático.
Tras el fracaso diplomático en su intento de lograr un alto al fuego en Gaza, la Casa Blanca siente que el suelo bajo sus pies se tambalea.
Washington renunció a su influencia
Incluso después de que la invasión israelí de Gaza sacudiera el plan de Estados Unidos de normalizar las relaciones entre "Israel" y Arabia Saudita, la Casa Blanca intentó mantener la guerra en la Franja contenida dentro de las fronteras del enclave asediado.
Los críticos de la Casa Blanca afirmaron que en repetidas ocasiones la Casa Blanca no ha respaldado su retórica con acciones.
Consideraron que Washington cedió su influencia al negarse a retener armas a su aliado para obligarlo a sentarse a la mesa de negociaciones.
Los aliados armados de Irán, incluidos el movimiento Ansar Allah de Yemen y Hizbullah, tomaron la medida sin precedentes de atacar directamente a "Israel" en respaldo a los palestinos asediados en Gaza, tras casi 12 meses de guerra y la muerte de al menos 41 mil personas.
Hizbullah, el miembro más poderoso del Eje de la Resistencia, está unido a la República Islámica en el sentimiento de rechazo a las políticas injerencistas de Estados Unidos e "Israel".
Durante meses, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, rechazó de plano la creencia de Estados Unidos de que la mejor manera de tratar con el Eje y poner fin a las tensiones regionales era un alto al fuego en Gaza.
Netanyahu se enfrentó a presiones de sus aliados de derecha en "Israel" para que continuara la guerra, pero también ha hecho una apuesta estratégica: le conviene no vincular su guerra en Gaza con otras luchas con el Eje de la Resistencia.
Algunos dirigentes israelíes de alto rango, incluido el ministro de Defensa, Yoav Gallant, presionaron a favor de una ofensiva contra Hizbullah, independientemente del destino de las conversaciones en Gaza.
Netanyahu ordenó el asesinato del jefe del Buró Político de Hamas, Ismail Haniyeh, en Teherán, atacó a altos comandantes de Hizbullah en el Líbano y bombardeó a los hutíes en Yemen.
Sin embargo, el asesinato de Nasrallah, la estrella indiscutible del Eje de Resistencia, es un crescendo de esa campaña.
Algunos halcones en Estados Unidos apoyaron esta campaña, pero aparentemente la administración Biden nunca apoyó plenamente a su aliado.
El viernes, el secretario de Defensa, Lloyd Austin, intentó distanciar a Estados Unidos del ataque.
"No tuvimos ninguna advertencia previa. Mi llamada con el Ministro Gallant se produjo cuando la operación ya estaba en marcha", afirmó.
Si los comentarios de Austin son ciertos, es una admisión vergonzosa, pero no fuera de lugar. En abril, cuando "Israel" lanzó aviones no tripulados contra Irán, aparentemente Israel no notificó a su aliado más cercano.
El hecho de que Nasrallah fuera asesinado justo cuando Biden cuenta los días hasta dejar el cargo también es irónico, por decir lo menos.
Biden había llegado a la Casa Blanca prometiendo reducir las tensiones con la República Islámica y reactivar el fallido acuerdo nuclear de 2015. Aunque presionó por la normalización de las relaciones entre "Israel" y Arabia Saudita, tomó medidas para poner fin a las guerras en Yemen y relajar la aplicación de sanciones a Irán.
Uno de los pocos éxitos diplomáticos de su administración en Medio Oriente fue la negociación de un acuerdo marítimo entre "Israel" y el Líbano para 2022 que requería el consentimiento de facto de Nasrallah.
Cuando la administración Biden decidió entrar en combate contra los aliados armados de Irán, como los hutíes, los diplomáticos afirman que la Casa Blanca lo hizo de mala gana.
Sin embargo, "Israel", respaldado por las armas estadounidenses, no mostró la misma vacilación.
Se ha cruzado el umbral de la guerra total
El asesinato de Nasrallah probablemente también suponga una sentencia de muerte para la antigua diplomacia de la administración Biden hacia Líbano.
Durante meses, el enviado de Biden, Amos Hochstein, presionó a Hizbullah e "Israel" para que cesaran sus combates fronterizos e implementaran una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU de hace casi 20 años que puso fin a la guerra de 2006 entre ellos.
El viernes, Blinken reafirmó que ese era el marco de Estados Unidos.
"Regresar al 6 de octubre en términos de la frontera entre Líbano e "Israel" no es suficiente", expresó el jefe diplomático estadounidense, añadiendo que Washington quería implementar la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU.
El exenviado especial para las negociaciones entre israelíes y palestinos en la administración Obama, Frank Lowenstein, consideró que la administración Biden probablemente espera que los bombardeos de "Israel" contra Hizbullah hagan que el grupo se desvincule de Hamas en Gaza.
"Cuando quedó claro que no habría un alto el fuego en Gaza o Líbano, lo mejor que podía esperar la administración Biden era que Israel destruyera la mayor cantidad posible de capacidad militar de Hizbullah desde el aire", expresó Lowenstein.
Los funcionarios estadounidenses tenían la esperanza de que si "Israel" eliminaba suficientes capacidades de misiles de la resistencia libanesa, se reduciría el riesgo de una potencial invasión terrestre que desencadenara una guerra regional..
"Una campaña de bombardeo que destruya gran parte de la capacidad de misiles de Hizbullah es algo positivo para Israel y Estados Unidos", afirmó Lowenstein. "Una operación terrestre no lo es".
Incluso antes de que comenzaran las conversaciones sobre la resolución 1701, Hizbullah rechazó la exigencia de no disparar sin un alto el fuego en Gaza. Hochstein advirtió al grupo que Estados Unidos no pondría coto a "Israel" si éste decidía atacar con toda su fuerza.
Sin embargo, algunos expertos opinan que la diplomacia de Hochstein fracasó porque no fue respaldada por la fuerza.
"Nasrallah subió una escalera muy alta que conectaba los frentes de Gaza y Líbano", afirmó el investigador principal del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de la Universidad de "Tel Aviv", Yoel Guzansky, refiriéndose al jefe de Hizbullah.
"Pero no creo que él esperara esto (la escala de los ataques israelíes en Líbano)", añadió.
El asesinato de Nasrallah también parece ser la respuesta final de Netanayhu a los esfuerzos fallidos de la administración Biden para reducir las tensiones regionales a través de un alto el fuego en Gaza, en oposición a una guerra contra el Eje de la Resistencia.
"Este es un asesinato que excede las fronteras de Líbano", opinó un experto en Líbano del Instituto de Medio Oriente, Firas Maksad.
"La historia ha dado un giro. La naturaleza sin precedentes del ataque, su escala y alcance, responden a la pregunta que muchos de nosotros estábamos esperando, que se ha cruzado el umbral de una guerra total".