EE.UU. interesado en nueva tregua en Gaza
Funcionarios norteamericanos reiteran su interés en el final de la crisis en Gaza, pero sólo después de eliminar las capacidades militares y políticas de Hamas para evitar un nuevo 7 de octubre.
El portavoz estadounidense, John Kirby, confirmó este miércoles la seriedad de las conversaciones en curso sobre una posible nueva tregua entre “Israel” y el movimiento de la Resistencia palestina Hamas.
De acuerdo con el vocero de la Casa Blanca, Estados Unidos trabaja para lograr un nuevo alto al fuego temporal desde el final de la pausa anterior.
Kirby dejó claras las condiciones de Washington al respecto: si el Consejo de Seguridad discute este asunto, es importante “una condena a Hamas y lo que hizo el 7 de octubre”.
Al respecto, el secretario de Estado, Anthony Blinken, expresó su esperanza de llegar a esa tregua humanitaria para liberar a los prisioneros y lograr un resultado satisfactorio en torno a un proyecto de resolución sobre Gaza en el Consejo de Seguridad.
Según Blinken, la administración norteamericana quiere poner fin a la crisis en Gaza lo antes posible, pero ese final da por sentado la eliminación de la capacidad militar y política de Hamas o "el 7 de octubre se repetirá”.
A la par de este discurso "esperanzador", el gobierno estadounidense sostiene su ayuda en recursos bélicos al régimen sionista para continuar el genocidio del pueblo palestino en la Franja, Cisjordania y el resto de los territorios ocupados.
En otro contexto, el portavoz Kirby anunció que ya está lista la misión liderada por Estados Unidos en el mar Rojo, nombrada Guardián de la prosperidad, y los barcos participantes fueron desplegados.
Durante la rueda de prensa, confesó esperar que las naves de los aliados (todos ajenos a la región) "sepan actuar ante esta amenaza".
El propósito de estas maniobras es proteger a los buques comerciales de los ataques del movimiento Ansar Allah, de Yemen, declaró el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, al convocar la coalición.
Aunque el discurso norteamericano se escuda en los "desafíos de seguridad" en el mar Rojo y el golfo de Adén, en realidad es un intento de respaldo a los barcos mercantes que viajan a puertos israelíes por esa ruta, en tanto el resto de la navegación internacional no corre peligro de bloqueo o ataques como insistió la Resistencia yemenita.