La masacre de Nabulsi fue un punto de inflexión en el apoyo de EE.UU.
En su reciente visita a Washington, el ministro de Defensa de "Israel", Benny Gantz, enfrentó duras críticas por el manejo de la guerra en Gaza y palpó el distanciamiento de su principal aliado, según medios estadounidenses.
El “desastre" creado por el ejército de ocupación al atacar un convoy de ayuda en la rotonda de Nabulsi, en la ciudad de Gaza, con un saldo de casi mil víctimas entre muertos y heridos, representó un punto de inflexión para Estados Unidos en su respaldo incondicional a "Israel".
De acuerdo con el sitio digital estadounidense Axios, funcionarios cercanos a la Casa Blanca, cuyas identidades no fueron reveladas, enfatizaron "el alcance de la frustración de la administración de Joe Biden", transmitida al miembro del gabinete de Guerra israelí, Benny Gantz, durante su reciente visita a Washington.
Gantz enfrentó duras críticas y preguntas sobre la crisis humanitaria en Gaza y el curso de la guerra, y según las fuentes, se mostró sorprendido por la intensidad de los reclamos y la gravedad del distanciamiento entre ambos gobiernos.
Durante su estancia en la capital estadounidense, el ministro de Defensa dialogó con altos funcionarios de ese país, como la vicepresidenta Kamala Harris y los secretarios de Estado, Antony Blinken, y de Defensa, Lloyd Austin.
Por su parte, la red informativa NBC confirmó el interés de la administración Biden de mantener un canal de comunicación con Gantz, para asegurar "opciones para el futuro", según fuentes gubernamentales.
El titular sionista viajó a Estados Unidos y Reino Unido esta semana por iniciativa propia, sin aprobación del enfurecido jefe de gobierno, Benjamín Netanyahu.
Las embajadas israelíes en Washington y Londres recibieron instrucciones para no ayudar, sino boicotear, las reuniones de Gantz con funcionarios de ambos gobiernos aliados.