La campaña lanzada por “Israel” este lunes en el este de Rafah genera preocupación en Estados Unidos, aun cuando no alcanzó el nivel de la gran invasión terrestre sobre la cual advirtió la Casa Blanca, comentaron al diario Político tres funcionarios de la administración norteamericana.

De todas formas, no vieron necesaria ninguna revisión de la política de Washington hacia su aliado en Medio Oriente, aunque la conducta de “Tel Aviv” genere sentimientos que enturbian la línea roja bien definida por el presidente Joe Biden y su equipo respecto a esa región de la Franja.

Según argumentaron varios funcionarios estadounidenses a la prensa, la acción de este lunes fue sólo una respuesta mínima a un ataque de Hamas el fin de semana pasado, en el cual murieron cuatro soldados.

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El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, calificó la maniobra de “alcance, escala y duración limitada", y prometió mantener la observación “muy, muy de cerca", para evitar la invasión total de la ciudad.

Durante meses, Estados Unidos alertó sobre la inconveniencia de ese asalto a Rafah sin desarrollar antes un plan integral para proteger a los más de dos millones de civiles refugiados en ese enclave palestino.

Pero la operación de una noche, con su saldo de 23 mártires y el corte de la ayuda a través del paso fronterizo, demuestran las dificultades de la Casa Blanca para hacer cumplir esa línea roja.

Como resultado, ahora las fuerzas sionistas tomaron el control del cruce fronterizo de Rafah con Egipto por el lado palestino, con el pretexto de “cortar la capacidad de Hamas de contrabandear armas y fondos a Gaza", describió la publicación.

No obstante, el medio reconoció el riesgo de cerrar una ruta de ayuda vital para la población gazatí y obligar a miles de civiles a desplazarse hacia otros lugares.