Magnates en EE. UU. favorecen represión policial en universidades
Empresarios millonarios en Estados Unidos discutieron con alcalde Nueva York las formas de presionar al presidente de la Universidad de Columbia y a sus fideicomisarios para permitir el ingreso de la policía al campus.
Un grupo de multimillonarios y magnates de negocios de Estados Unidos presionó al alcalde de Nueva York el mes pasado para enviar policía a dispersar protestas pro Palestina en la Universidad de Columbia.
Según la correspondencia llegada a The Washington Post, el fundador de la empresa de snacks Kind, Daniel Lubetzky; el gestor de fondos de cobertura, Daniel Loeb; el multimillonario Len Blavatnik y el inversor inmobiliario, Joseph Sitt, realizaron una videollamada por Zoom el pasado 26 de abril con el alcalde Eric Adams (demócrata), una semana después del envío por primera vez de agentes de la policía para dispersar las protestas.
Durante la comunicación, los participantes discutieron la posibilidad de realizar donaciones políticas a Adams y las formas de presionar al presidente de la Universidad de Columbia y a sus fideicomisarios para permitir el ingreso de la policía al campus.
Un miembro del grupo de chat en WhatsApp confirmó a la publicación la donación de dos mil 200 dólares a Adams ese mes.
Otros miembros ofrecieron pagar investigadores privados para ayudar a la policía de Nueva York a manejar las protestas, mostraron los registros de los mensajes.
El grupo de chat fue creado poco después de la agresión israelí a Gaza el pasado 7 de octubre y extendió la actividad más allá de Nueva York, con alcance en los niveles más altos del gobierno israelí, el mundo empresarial estadounidense y universidades de élite, indicó la publicación.
Más de 10 miembros del grupo aparecen en la lista anual de multimillonarios de Forbes y otros trabajan en los sectores inmobiliario, financiero y de comunicaciones.
Los mensajes transmitidos proporcionaron una ventana sobre cómo algunas personas influyentes utilizan su dinero y poder para intentar moldear las opiniones estadounidenses sobre la guerra en Gaza, además de influir en las acciones de líderes académicos, empresarios y políticos, incluido el alcalde de Nueva York.