Agresión económica de EE. UU. a Yemen no quedará sin respuesta
El Banco Central de Adén, afiliado a la coalición de agresión contra el gobierno de Saná, decidió este jueves dejar de hacer tratos con seis bancos comerciales yemenitas por negarse a trasladar su sede a esa ciudad.
Tras su fracaso en tierra y mar, y su demostrada incapacidad para disuadir a Yemen de su sostenido apoyo a Gaza, Estados Unidos recurrió a la guerra económica mediante presiones a las entidades bancarias.
El Banco Central de Adén, afiliado a la coalición de agresión contra el gobierno de Saná, decidió este jueves dejar de hacer tratos con seis bancos comerciales de Saná por negarse a trasladar sus sedes a Adén.
También ordenó retirar la antigua moneda de billetes impresos antes de 2016, circulante en las regiones yemenitas afiliadas al gobierno de Saná.
Este viernes, el líder del movimiento Ansar Allah, Abdul-Malik Al-Houthi, describió esa nueva presión sobre los bancos como una más de las medidas en apoyo a los intereses de "Israel" .
La escalada en esa agresión económica coincidió con el bombardeo de la aviación estadounidense y británica al amanecer de este viernes, cuyos objetivos fueron zonas cercanas al aeropuerto internacional de Saná, el puerto de Al-Salif y el distrito de Al-Hawk, al sur de la ciudad de Hodeida.
En una guerra de más de nueve años, la Casa Blanca no pudo quebrar la determinación yemenita, a pesar de emplear muchas decisiones y métodos contra su dirección y su pueblo, destacó Al-Houthi.
De hecho, en cada etapa encontró una realidad diferente, y no pudo culminar sus objetivos y ambiciones.
La meta más destacada de Estados Unidos, según informes norteamericanos, es debilitar militarmente al gobierno de Saná. Pero los desfiles militares y las operaciones en el terreno revelan las enormes capacidades de las fuerzas armadas yemenitas.
Con su arsenal, Saná puede enfrentar a potencias que apoyan a la entidad israelí, como ha demostrado en los mares Rojo, Arábigo y Mediterráneo Medio.
En ese contexto, la medida del Banco Central en Adén no fue una decisión absurda; es una pretension de acercarse a los objetivos y ambiciones occidentales, tras el fracaso en una guerra directa contra Yemen.
Quizá el más destacado de esos propósitos es presionar a Saná para alejarlo de las operaciones de apoyo a Gaza, su pueblo y su Resistencia.
Sin embargo, al decir de Sayyed Al-Houthi, no hay factores con capacidad para influir en la posición yemenita en este momento histórico, y su nivel de impulso o interacción no disminuirá.
La decisión del banco de Adén impacta a nivel interno, pues resulta una máquina de presión económica sobre un país expuesto a una guerra brutal en los últimos años, y por tanto equivale a una agresión económica contra la sociedad en su conjunto.
Según confirmó a la red Al Mayadeen el subsecretario del Ministerio de Finanzas para el Sector de Planificación, Estadísticas y Seguimiento, Ahmed Muhammad Ahmed Hajar, los países agresores recurrieron a esas decisiones tras el fracaso de sus políticas de guerra económica.
En cuanto al rechazo de bancos y empresas de cambio a trasladar sus sedes a Adén, entre otras razones influye la falta de un entorno adecuado para su trabajo: seguridad, estabilidad económica y política, y de infraestructura, equipamiento y tecnología, resaltó el funcionario.
De acuerdo con las normas internacionales, en países incluidos dentro de las condiciones que describe el capítulo siete de la Carta de Naciones Unidas, como Yemen, la autoridad del comité asignado por el Consejo de Seguridad para cuidar de los asuntos estatales es responsable de la formulación de políticas y otros asuntos.
Por lo tanto, Estados Unidos, Reino Unido, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, integrantes de la coalición usurpadora, son responsables de preparar políticas y procedimientos en este campo, pero todos respaldaron la guerra económica contra Yemen.
Otra razón, razonó Hajar, es buscar recursos nuevos para reflotar al Banco de Adén, hoy al borde de la quiebra.
Además de retirar liquidez de los bancos de Adén, pueden controlar la recaudación de ingresos en divisas del país, y por ende las importaciones.
El banco de Adén puede controlar la financiación realizada por los bancos comerciales según sus deseos, continuó el subsecretario, y en el marco del endurecimiento del asedio a Yemen, subir el precio del dólar y provocar escasez de moneda local en el mercado yemenita.
Se produce, en consecuencia, una contracción económica con escasez de divisas y altas tasas de inflación en ausencia de fronteras, lo cual conduciría a una crisis en todo Yemen.
Añadió que, a la luz de la visión práctica y científica del gobierno de Saná, esto limitará los efectos de esta medida.
El Banco de Adén es administrado por las autoridades sauditas, según los dictados de la embajada estadounidense, enfatizó el entrevistado.
Recordó asimismo las maniobras de septiembre de 2017, cuando transfirieron las tareas y competencias del banco central en Saná hacia Adén, así como el sistema de transacciones internacionales, para controlar las políticas financieras y monetarias en la guerra económica.
La decisión de este jueves puede también afectar las negociaciones de paz con Arabia Saudita, si Riad estuviera involucrado en ella, al servicio de “Israel”, advirtió el Sayyed Al-Houthi.
Ese intento de los estadounidenses de implicar a los sauditas en la presión sobre los bancos de Saná, es un paso agresivo y un juego peligroso, recalcó.
Sin embargo, Saná no quedó cruzado de brazos, y prometió una respuesta “dolorosa”, para inmovilizar al enemigo, afirmó un miembro del Consejo Político Supremo de Yemen, Muhammad Ali Al-Houthi.
También el investigador en asuntos militares y políticos, general de brigada Abdul Ghani Al-Zubaidi, comentó a Al Mayadeen, las posibles opciones, económicas y militares.
Por ejemplo, pueden atacar zonas económicas en Arabia Saudita o intereses norteamericanos en la región, según infirió de las declaraciones de los líderes políticos y militares.
En varias oportunidades Saná amenazó con emplear una respuesta militar a cualquier ataque contra Yemen, aunque sea desde una perspectiva económica, porque es su vía más efectiva de ganar respeto.
Según Al-Zubaidi, Estados Unidos no puede utilizar sus opciones de manera directa y por eso recurre a estos métodos, pero las respuestas difíciles de la jefatura yemenita no se retrasarán ante tales maniobras.