Primer ministro israelí apuesta por republicanos en EE. UU.
El jefe de la ocupación, Benjamín Netanyahu, viajó a Washington a mejorar relaciones con demócratas y republicanos, y autodeclararse indispensable en un esquema político aún funcional para ambos gobiernos.
La visita a Estados Unidos del primer ministro de “Israel”, Benjamín Netanyahu, y su discurso ante el Congreso el pasado miércoles, pudiera garantizarle a la vuelta un mejor criterio en las encuestas de opinión, indicó un artículo publicado por la revista Foreign Policy.
En valoración del escritor e investigador Aaron David Miller, la ganancia de este viaje para el jefe sionista fue demostrar que el sistema operativo entre Estados Unidos e "Israel" aún funciona.
#Focus "Israel" ha recibido 25.000 bombas y misiles de EE.UU. que han sido usadas para el genocidio en Gaza a pesar de las denuncias de que esas armas han sido utilizadas en crímenes de guerra y en el asesinato de más de 39.000 palestinos, la mayoría mujeres y niños. pic.twitter.com/3lGxaDZzqn
— Al Mayadeen Español (@almayadeen_es) July 27, 2024
De hecho, la política interna de Estados Unidos todavía se configura por un compromiso profundo con la seguridad de la entidad de ocupación, cuya influencia es mayor en Washington, aunque al revés se debilite, aseguró el autor.
Al decir de David Miller, bajo el gobierno de Netanyahu, el apoyo a sus intereses devino tema partidista y controvertido en la política estadounidense.
En ese escenario, y ante la incertidumbre de cómo reaccionaría la candidata demócrata y actual vicepresidenta, Kamala Harris, para Netanyahu es ahora una prioridad su alianza con los republicanos y reparar sus relaciones con el expresidente y candidato de esa fuerza, Donald Trump.
Sin esos vínculos, aseguró el articulista, no habrían invitado a Netanyahu, para quien desde hace tiempo el republicano es su partido favorito, y gran parte de su estrategia para gestionar las relaciones con Estados Unidos radica en moverse hacia la derecha y ganarse en el norte a quienes lo apoyan sin objeciones.
Fortalecer esa relación no sólo facilitó políticas pro-”Israel” cuando los republicanos controlaron la Casa Blanca, sino también un apoyo contra los demócratas en el poder, con quienes Netanyahu ha tenido vínculos “tempestuosos”, indicó el analista.
En cambio, calificó de complementarias las alianzas con los republicanos, quienes buscan el favor de sectores internos proisraelíes, como evangélicos y judíos.
A juicio del experto, la invitación al sionista por parte del actual presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, intentaba retratar al partido republicano como el único en verdad favorable a “Tel Aviv”.
Pero no todos en ese bando están contentos con Netanyahu, precisó: Trump estaba furioso en 2020 por no apoyarlo cuando decidió declarar “robadas” las elecciones presidenciales, y no le perdonó la felicitación a Biden en un mensaje de video.
En cuanto a Gaza, Trump sólo criticó a “Israel” por dejarse sorprender el 7 de octubre, e instó a poner fin a esa guerra de inmediato, porque “Israel” la está perdiendo en las relaciones públicas, puntualizó.
Para tratar de ganarse el favor del candidato republicano, el jefe de gobierno israelí se apresuró a enviar un video tras el atentado en el mitin, y le expresó su apoyo y oraciones por su salud.
De acuerdo con David Miller, Netanyahu espera menos presión del expresidente y más disposición a darle libertad cuando se trata de cuestiones de seguridad, aunque otros sucesos lo muestran como un estadista impredecible, como su publicación de los elogios recibidos del presidente de la Autoridad palestina, Mahmoud Abbas.
Para el especialista, los demócratas cayeron en la trampa de Johnson sin luchar, para no quedar como partido anti-”Israel”, a pesar de sus reservas con el criminal sionista y los pedidos de condicionar algunas ayudas militares proporcionadas a su ejército.
La ausencia de muchos demócratas en el Congreso norteamericano durante el discurso de Netanyahu refleja un descontento profundo y un distanciamiento de la entidad genocida, además del cuestionamiento del significado de ser pro-”Israel”.
El escritor consideró el viaje a Washington un intento de mejorar el capital político propio, gestionar las tensiones con Biden y Kamala Harris, y reparar las relaciones con Donald Trump. El acuerdo de paz no estaba en sus prioridades.
Al mismo tiempo, calificó el discurso de previsible y performativo, destinado a asegurar su base derechista, complacer a sus partidarios republicanos, y destacarse como indispensable para enfrentar a los enemigos.
Sin embargo, algo le falló Netanyahu, desde la perspectiva del experto: el cambio de candidatos en el partido demócrata opacó su visita, y no logró ser “evento principal”, ni en Estados Unidos ni en “Israel”.