“Israel” implementa una forma de guerra de exterminio contra Líbano
A juicio del periódico Al Akhbar, las recientes agresiones de "Israel" contra el Líbano son una forma de guerra de exterminio, aunque la entidad sionista hasta ahora haya elegido presentarla de manera distinta a las atrocidades cometidas en Palestina.
La Resistencia Islámica de Líbano (Hizbullah) está situada a la vanguardia de todos los movimientos contemporáneos de liberación nacional en la lucha abierta contra "Israel", consideró un artículo publicado en el periódico Al Akhbar.
Reputación, prestigio, confianza y capacidad son cualidades que consolidaron su posición de liderazgo y delinearon durante 40 años de combate ininterrumpido su trayectoria ascendente.
Por su papel central como ejemplo para las facciones de la resistencia, "Israel" persiguió, vigiló y estudió a Hizbullah hasta convertirlo en objetivo de todos sus programas de trabajo, y "comenzó así una campaña para su demonización y transformación de una fuerza de liberación nacional en una milicia rebelde".
Sin embargo, esto no dio los resultados esperados por la entidad sionista, lo que llevó a un nuevo enfoque tras el "Diluvio de Al-Aqsa" y, en este contexto, "el enemigo decidió activar su programa contra la resistencia, operado bajo la premisa de que está obligado a pasar a una nueva fase del enfrentamiento".
Con base en estos hechos, el diario interpretó lo que ha estado ocurriendo en el frente libanés en los últimos días, donde el mando israelí se ha fijado un objetivo central: lanzar golpes contundentes contra Hizbullah y hacer todo lo posible para que no pueda apoyar a Gaza, defenderse a sí mismo ni amenazar a la ocupación.
De esta forma, la entidad inició su nueva campaña centrada en atacar las características clave de la imagen de Hizbullah, a través de asesinatos y la eliminación de cientos de combatientes, llegando incluso al asesinato del comandante Fouad Shokr, creyendo que esto dañaría la reputación de la Resistencia, debilitándolo y exponiéndolo al desprecio de sus adversarios.
Para ello, “Israel” contó con el apoyo de una coalición de libaneses, árabes y occidentales que se encargaron de la parte propagandística de esta misión.
Esta es una tarea esencial en los cálculos del enemigo antes de pasar a la siguiente fase, que consiste en socavar el prestigio de la resistencia, haciéndola parecer débil e incapaz de responder adecuadamente a los ataques. Esto es lo que el enemigo ha intentado promover cada vez que Hizbullah ha respondido a los asesinatos que ha sufrido.
De acuerdo con el rotativo libanés, “Israel” pasó luego a una de las mayores demostraciones de su supuesta superioridad en seguridad, apoyándose en sus capacidades tecnológicas para sembrar dudas entre los partidarios de la resistencia sobre las actividades de Hizbullah.
Estas grandes maniobras de seguridad se evidenciaron justo antes del inicio de la operación Al-Arbaeen, cuando lanzó una amplia campaña aérea que no logró impedir la respuesta prevista de Hizbullah, pero sí tuvo un fuerte impacto en su aparato de seguridad y sus mecanismos de trabajo.
Posteriormente, lanzó una serie de golpes consecutivos y directos, como los de los últimos dos días, sembrando la duda de que tiene la capacidad de infiltrarse en cada estructura y mente de Hizbullah y puede llegar a cualquier lugar que desee.
Esto se apoyó en la compleja operación de seguridad que llevó a cabo con éxito, desde el momento en que se concibió, hasta la provisión de los elementos humanos y logísticos necesarios para identificar las necesidades de comunicación del Hizbullah y luego llegar al punto de colocar explosivos en los equipos.
Ya sea que esto ocurriera en el lugar de origen de los dispositivos, o a través de una operación de reemplazo tras interceptar el cargamento en su camino hacia la resistencia.
A juicio del medio, "la operación representó para el enemigo un éxito tanto en imagen como en acción. Por primera vez, tocó un elemento central de confianza en la relación de la resistencia con su gente y su base".
Cuando “Israel” activó la segunda fase de la operación, su objetivo era reforzar la teoría de la duda y desplazar la confianza, llevando directamente a los seguidores de la resistencia, a su entorno social y a sus simpatizantes, a plantearse preguntas desconcertantes sobre cómo tratar con los miembros, centros e instituciones del Hizbullah.
No obstante, el objetivo principal del enemigo sigue siendo alcanzar las capacidades militares que posee Hizbullah en varios niveles. Estas capacidades incluyen tanto a sus combatientes como a sus recursos, y es lógico suponer que el enemigo, que ha logrado éxitos anteriores, podría tener los medios para alcanzar este objetivo.
Por lo tanto, la lógica indica que "Israel" se está preparando de manera efectiva para una nueva fase de confrontación intensa con el Hizbullah, destinada a atacar sus grandes capacidades tanto humanas como militares.
Esto convierte en algo tangible el debate sobre la posibilidad de una guerra total. Lo que el enemigo está haciendo es una forma de guerra de exterminio, aunque hasta ahora haya elegido presentarla de manera distinta a las atrocidades que está cometiendo en Palestina.
"Cuando el enemigo activa una operación dirigida a más de 10 mil personas, entre civiles y militares, que están en centros, ubicaciones, o en sus casas o lugares de trabajo, ha decidido que su guerra ha involucrado a todos, en una batalla sin reglas, sin límites ni restricciones", concluyó el periódico Al Akhbar.