Fuego israelí acaba con vida de joven palestino en Nablus, Cisjordania
Las fuerzas de ocupación mantiene sus ola de incursiones, arrestos y planes de destrucción en Tulkarem.
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Auto donde fue baleado el joven palestino cerca de Huwara, al sur de Nablus, en el norte de Cisjordania.
Un joven palestino cayó mártir por disparos del “ejército” israelí cerca de Huwara, al sur de Nablus, en el norte de Cisjordania.
Las autoridades de ocupación alegaron que intentó llevar a cabo un ataque con vehículo.
Según medios israelíes, el presunto intento de agresión ocurrió en la entrada de la base del Batallón Nablus del “ejército”.
El Ministerio de Salud palestino identificó al mártir como Issa Jabali, de 28 años, residente de la localidad de Beita, al sur de Nablus.
Mientras tanto, las tropas enemigas continuaron su ofensiva en distintas zonas y campamentos del norte de Cisjordania, donde impuso asedios, allanó casas y obligó a residentes a desplazarse de Tulkarem y del campamento de Nur Shams.
En Tulkarem, las fuerzas israelíes dispararon munición real de forma intensa e indiscriminada, especialmente en el barrio de Al-Matar, mientras allanaban viviendas y causaban destrozos en ellas.
Además, ocuparon varias casas para utilizarlas como posiciones militares y puntos de francotiradores.
En el campamento de Nur Shams, las excavadoras israelíes derriban viviendas e infraestructuras, en particular en el barrio de Al-Manshiyya, en medio de intensos disparos y explosiones.
Por otro lado, en la madrugada de este jueves, el ejército israelí detuvo a varios jóvenes en la localidad de Zanaba, al este de Tulkarem, tras irrumpir en sus viviendas.
Durante la noche del miércoles, los uniformados sionistas desplegaron refuerzos militares adicionales en la ciudad y sus campamentos, apostaron soldados en calles y barrios, principalmente en las zonas oriental y norte de Tulkarem, así como en varios sectores de los campamentos.
Las tropas israelíes mantuvieron el cerco sobre el barrio oriental de la ciudad, en particular en la calle Al-Muqataa y el cruce de Abu Safiya.
Además, ocuparon edificios residenciales, convirtiéndolos en bases militares, y restringieron severamente el movimiento de los ciudadanos, impidiéndoles incluso abrir sus ventanas.
Los residentes que permanecieron en los alrededores del campamento enfrentan condiciones extremas debido al asedio, la falta de alimentos, agua potable, medicinas y leche para bebés.
Esta crisis humanitaria se agravó con el colapso de los servicios básicos, incluidos el suministro de agua, electricidad y comunicaciones, tras la destrucción de la infraestructura por parte del ejército.