El multimillonario tecnológico Elon Musk expande su influencia sobre más de una docena de agencias federales de Estados Unidos, crece la frustración entre algunos de los principales asesores del presidente Donald Trump.

La jefa de gabinete de Trump, Susie Wiles y su equipo manifiestan sentirse fuera de onda mientras el llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) de Musk busca despedir a miles de empleados federales y accede a datos confidenciales e interrumpe las operaciones.

Wiles y algunos de sus principales asesores hablaron con Musk recién sobre los problemas, según las fuentes.

Mientras Musk proyecta un alineamiento entre él, su grupo unido de empleados de DOGE y Trump, las tensiones subyacentes con algunos funcionarios de la Casa Blanca resaltan las posibles dificultades para el mandatario en el equilibrio entre su grupo central y el personal de Musk.

Un funcionario con conocimiento del asunto rechazó la descripción de las tensiones de las fuentes y confirmó la solución de los problemas operativos.

Musk envía informes a Wiles y hablan por teléfono casi todos los días, señaló.

Por su parte, Trump emitió una orden ejecutiva para ampliar el poder de Musk sobre la burocracia federal y exigió a las agencias federales relacionarse con DOGE para hacer grandes reducciones de personal y limitar las contrataciones.

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La disposición obliga al DOGE colocar a un "líder de equipo" en cada agencia gubernamental para supervisar las decisiones de contratación.

En conferencia de prensa en la Oficina Oval, con Trump a su lado, Musk defendió su papel como funcionario no electo a quien el presidente republicano le otorgó una autoridad sin precedentes para desmantelar partes del gobierno estadounidense.

Sin embargo, DOGE opera en un profundo secreto, no proporciona casi ninguna información sobre a quién emplea, dónde opera o qué acciones toma dentro de las agencias gubernamentales.

También publica poca información sobre su trabajo, brinda solo cifras en dólares de supuestos recortes en agencias específicas y pocos detalles concretos.

Un colaborador de funcionarios de alto rango de la Casa Blanca, describió la fricción entre Musk y Wiles como más grave y los subordinados de la segunda expresaron su malestar por la información publicada por el magnate en su plataforma de redes sociales X antes de ser examinada por el personal superior de la Casa Blanca.

Un punto de discordia es una serie de correos electrónicos enviados por los asociados de Musk a los empleados federales, a quienes ofrecía incentivos financieros a dos millones de trabajadores federales para que renunciaran.

Wiles y su equipo no aprobaron algunos de esos correos electrónicos, según una fuente cercana a Trump.

Muchos de los aliados cercanos de Trump y los asesores de la Casa Blanca parecen deleitarse con el estilo intransigente de gobierno de Musk, pero su respaldo está lejos de ser unánime, según Reuters.