Irán: Historia, revolución y resistencias
El doctor Sheij Fazel reflexiona sobre la evolución política y social de la República Islámica, marcada por dinastías poderosas, influencias extranjeras y, en las últimas décadas, una revolución que transformó radicalmente el rumbo de la nación.
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Irán: Historia, Revolución y Resistencias
Irán es una de las civilizaciones más antiguas del mundo, con una historia que se remonta a más de 10 mil años. Su evolución política y social, marcada por dinastías poderosas, influencias extranjeras y, en las últimas décadas, una revolución que transformó radicalmente el rumbo de la nación.
Así reflexionó en una reciente entrevista televisiva con el sitio digital Europa por Cuba el teólogo y analista, profesor de varias universidades iraníes e internacionales, doctor Sheij Fazel, quien abordó estos temas junto al periodista José Antonio Toledo, y destacó el papel de la Revolución Islámica de 1979 y sus implicaciones en el mundo actual.
Un legado histórico milenario
Según el erudito, la historia de Irán puede dividirse en dos grandes periodos. En la época preislámica, el territorio estuvo dominado por dinastías como los Medos, los Aqueménidas y los Sasánidas, y se consolidó como un imperio civilizado que rivalizaba con Roma.
Con la llegada del Islam, Irán atravesó una etapa de dominio por parte de los califatos Omeya y Abasida, hasta que las dinastías locales recuperaron el control del país.
Durante estos siglos, los iraníes hicieron importantes contribuciones a la ciencia y la filosofía islámica, con figuras como Avicena y otros pensadores que influyeron en el conocimiento mundial.
Para el doctor Sheij Fazel, uno de los momentos clave en la historia iraní fue el ascenso de la dinastía Safávida (1501-1736), con el alza del chiismo duodecimano como religión oficial del estado, pues convirtió al país en una de las potencias más influyentes del mundo islámico.
Sin embargo, a partir de la caída de los Safávidas y la llegada de los Qajar, en el siglo XIX, las intervenciones de potencias europeas debilitaron la soberanía nacional, y ya a principios del siglo XX esa dinastía cedió el control a Reza Shah Pahlavi, quien estableció un gobierno autocrático y prooccidental.
Contó el experto cómo luego el hijo, Mohammad Reza Pahlavi, devino aliado estratégico de Estados Unidos y Reino Unido, y permitió la explotación de los recursos iraníes a cambio de apoyo político y militar.
Bajo su mandato, Irán se convirtió en gendarme de la región y reprimió cualquier oposición interna con la ayuda de la temida policía secreta Savak, entrenada por la CIA y el Mossad.
La población iraní vivió bajo un régimen represivo, caracterizado por la desigualdad económica y la censura.
A pesar de los intentos de modernización del Sha, el descontento social creció, alimentado por movimientos opositores de diversas ideologías, incluidos comunistas, nacionalistas y religiosos, pero no lograron ganar suficiente apoyo popular, ya que la mayoría de los iraníes se identificaban con su herencia islámica, detalló el doctor Sheij Fazel.
El ascenso de la Revolución Islámica
En este contexto, emergió la figura del Ayatolah Ali Khamenei, un clérigo chiita, líder de la oposición.
Inspirado en las enseñanzas del Islam y en la resistencia contra la opresión, Khamenei movilizó a millones de iraníes con un discurso basado en la justicia social y la soberanía nacional.
Al decir del académico, el liderazgo del Sayyed Khamenei fue crucial para la consolidación del movimiento revolucionario, pues tras años de protestas y enfrentamientos con el régimen, logró derrocar a la monarquía en 1979.
Esta Revolución Islámica no solo puso fin al dominio del Sha, también estableció un nuevo modelo de gobierno basado en el liderazgo religioso y la participación popular. Para muchos iraníes, este cambio representó una emancipación de la injerencia extranjera y una afirmación de su identidad islámica y nacional, realzó el entrevistado.
Sin embargo, la Revolución también enfrentó grandes desafíos, incluidos el bloqueo económico impuesto por Occidente y la guerra con Irak (1980-1988), en la cual Estados Unidos y sus aliados apoyaron a Saddam Hussein.
El profesor universitario resaltó cómo, desde la revolución, Irán mantuvo una política de resistencia frente a las presiones de EE. UU. y sus aliados.
A pesar de las sanciones económicas y los intentos de desestabilización, el país logró desarrollar una economía autónoma, avances tecnológicos y una influencia significativa en la región.
De acuerdo con Sheij Fazel, la narrativa occidental sobre Irán distorsionó la realidad del país, minimizó sus logros y enfatizó cualquier problema interno.
La misma estrategia fue utilizada contra otras naciones independientes, como Cuba y Venezuela. Sin embargo, el pueblo iraní sigue firme en su lucha por la autodeterminación y la defensa de su soberanía, acotó.
Para el teólogo, la Revolución Islámica de 1979 sigue siendo un referente histórico en la lucha contra el imperialismo y la hegemonía extranjera.
A décadas de su triunfo, Irán continúa como actor clave en la política global, desafía las imposiciones de las potencias occidentales y reafirma su papel como líder en la región de Asia Occidental.