Las fuerzas de ocupación israelíes desplegaron una campaña de arrestos y demoliciones en Cisjordania y Jerusalén e incrementaron la presión sobre la población palestina.

Desde la madrugada de este miércoles, tropas israelíes emprendieron una operación masiva en varias ciudades y localidades de Cisjordania.

En el despliegue detuvieron a más de 15 palestinos, incluida la exprisionera Hanan Al-Barghouthi, oriunda de la aldea de Kobar, al norte de Ramala.

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Las redadas alcanzaron la localidad de Al-Dhahiriya, al sur de Al Jalil, donde los militares convirtieron una vivienda en cuartel militar temporal.

En Tulkarem, unidades del ejército, apoyadas por excavadoras, irrumpieron en el área residencial de Dhannaba y detonaron un artefacto en el monte Al-Iskan, cerca del campamento de Nur Shams.

Durante la intervención en Beit Furik, al este de Nablus, los uniformados iniciaron la retirada tras cinco horas de operativo y apresaron a los jóvenes Laith Bashar Nassasra y Fuad Ziad Nassasra, tras allanar sus viviendas y causar daños materiales.

En Jerusalén ocupada, maquinarias castrenses destruyeron estructuras en la aldea de Al-Jib, al noroeste de la ciudad, y arrasaron tierras agrícolas entre Haris y Kafr Haris, al oeste de Salfit, como parte de una política sistemática de despojo territorial.

Las violaciones ocurrieron en medio de la escalada de la agresión israelí, marcada por la continuidad de arrestos, demoliciones y confiscaciones de tierras, acciones destinados a modificar la estructura demográfica y geográfica de Cisjordania y Jerusalén.