Papa Francisco, impulsor de la teología de la liberación en la Iglesia
El filósofo y rector de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, Enrique Dussel, destaca el impulso de la teología de la liberación bajo el papa Francisco y su impacto en la Iglesia y en los sectores conservadores.
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El papa Francisco, al reivindicar a los pobres y a la Iglesia como agente de transformación social, retoma el legado de esta corriente y desconcierta a sectores conservadores.
El papa Francisco sorprendió a muchos sectores dentro y fuera de la Iglesia católica al adoptar una postura pastoral basada en la teología de la liberación, tendencia teórica y social reprimida durante décadas por la jerarquía eclesiástica.
Según el filósofo y rector de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, Enrique Dussel, el pontífice argentino no actuó como un teólogo tradicional, sino como un pastor creativo y espontaneo en sus acciones, lo cual abrió nuevas perspectivas dentro de la iglesia.
Aunque la teología de la liberación surgió hace más de 40 años en América Latina y enfrentó represión tanto de la iglesia oficial como de regímenes militares, encontraron justificación teórica y relevancia en las actitudes pastorales del papa.
Esa corriente tiene su apoyo en el análisis de la pobreza como un pecado estructural y emplea metodologías de las ciencias sociales y críticas decoloniales.
Además, llenó un vacío en la izquierda latinoamericana y global, permitió al pensamiento religioso penetrar en los imaginarios populares donde la secularización dejó espacios sin respuesta social ni ética.
De acuerdo con Dusseel, la teología de la liberación no surgió de manera espontánea, sino como resultado de procesos históricos de crítica al colonialismo y compromiso de la juventud cristiana en movimientos de cambio social, desde la época de Bartolomé de las Casas hasta los movimientos revolucionarios del siglo XX.
Gracias a las ciencias sociales y de la juventud en los movimientos revolucionarios, desde Cuba hacia adelante, hubo muchos jóvenes comprometidos con el cambio social, pero la vision tradicional del cristianismo no funcionó para ese tipo de compromiso histórico.
Ese pensamiento fue reformulado para responder a contextos de opresión, inspiró a cristianos a enfrentar a las dictaduras y a comunidades resistentes al dominio político y religioso, señaló.
La teología de la liberación promovió críticas al capitalismo y a las estructuras de poder de la Iglesia.
Al respecto, el rector mencionó el caso de monseñor Romero y la represión vivida en El Salvador, Guatemala, Argentina y Chile, donde miles de cristianos resultaron asesinados por defender posturas críticas y de compromiso social.
Pero a pesar de la persecución, la corriente sigue vigente y diversificada en ramas indígenas, feministas y antirracistas, e inspira también movimientos musulmanes y asiáticos, comentó.
Conforme al académico, la represión contra la teología de la liberación en la década de 1970 provino tanto de la Iglesia católica conservadora como de las dictaduras militares latinoamericanas, las cuales la consideraron una amenaza para el orden establecido.
El papa Francisco, al reivindicar a los pobres y a la iglesia como agente de transformación social, retomó el legado de esta corriente y desconcertó a sectores conservadores.
A juicio de Dussel, la teología de la liberación desafió las estructuras de dominación internacional, abrió espacio al feminismo teológico y propuso una visión ética materialista, centrada en la satisfacción de las necesidades humanas como exigencia fundamental del cristianismo.
En ese sentido, el mensaje del papa Francisco fortaleció el diálogo abierto y la vitalidad de la Iglesia católica ante los desafíos contemporáneos.
La teología de la liberación mantiene su influencia en movimientos sociales y religiosos de todo el mundo, y coloca en el centro la dignidad, la justicia y el compromiso con los más desfavorecidos.