Silencio del Pentágono revela psyop contra Venezuela
El supuesto despliegue militar en el Caribe carece de confirmación oficial y apunta a una operación psicológica contra Venezuela y Trump.
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Venezuela señala a Marco Rubio como uno de los artífices de la operación psicológica.
El supuesto despliegue militar estadounidense en el Caribe hacia Venezuela carece de confirmación oficial del Pentágono, lo que sugiere una operación psicológica diseñada para presionar tanto al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, como al Gobierno venezolano.
A esta hora, ni el Pentágono ni el Comando Sur divulgaron datos concretos. Si se tratara de una acción de alto perfil vinculada a la “lucha contra el narcotráfico”, el secretario de Defensa Pete Hegseth ya habría ofrecido información pública.
Según reafirmó teleSur, el silencio institucional indica que la estrategia responde a otros objetivos políticos.
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La arquitectura de una psyop
La operación habría sido impulsada por la agencia de noticias Reuters y promovida por Marco Rubio, con un doble propósito: condicionar a Trump a hablar de Venezuela en términos de fuerza y dar oxígeno al extremismo que busca desestabilizar el país.
Funcionarios como Marco Rubio (Secretario de Estado), Christopher Landau (Subsecretario de Estado), Pam Bondi (Fiscal General) y Karoline Leavitt (Secretaria de Prensa) limitaron su discurso, conscientes de no infringir las líneas rojas del movimiento MAGA, de “no más guerras en el extranjero”.
Venezuela: Fracaso y desesperación marcan política de EE. UU. https://t.co/R4iEkB1qGA pic.twitter.com/ReuaQvrJ1P
— Al Mayadeen Español (@almayadeen_es) August 20, 2025
Existe, además, una cuestión de timing: Trump se encuentra en modo “pacificador” respecto a Ucrania, aclarando que no enviará tropas a ese país, lo que cierra teóricamente cualquier apertura hacia planteamientos de actividad agresiva en el extranjero.
Llamar abiertamente a una guerra o invasión le podría costar el cargo a cualquier funcionario. En este contexto, las operaciones psicológicas derivadas del aumento de la recompensa contra Maduro configuran un escenario de operaciones no cinéticas e híbridas, que comprenderían una amplia gama de recursos: desde ciberataques y sabotajes a infraestructuras hasta focos de violencia armada.
Una guerra sucia con fines de desgaste, incluso reeditando un “Gedeón formato 2025“.
El Ejecutivo venezolano interpreta la ofensiva de la Administración Trump como una muestra de su vulnerabilidad: “Cada declaración agresiva confirma la incapacidad del imperialismo para doblegar a un pueblo libre y soberano”, reza el comunicado.https://t.co/NV3bKno81a
— teleSUR TV (@teleSURtv) August 19, 2025
El condicionamiento del Congreso
Más allá de estos elementos, se observa una intención manifiesta de condicionar globalmente la relación Washington-Caracas en beneficio de los halcones republicanos.
El Congreso se encuentra de vacaciones y retornará a sus funciones a principios de septiembre, momento en que la recompensa y la narrativa pro-intervención podrían servir de impulso para materializar paquetes de leyes draconianas —ya preelaboradas— dirigidas a blindar las sanciones (incluso de los cambios que quiera hacer la Casa Blanca) y cerrar cualquier posibilidad de negociación entre Trump y Maduro.
Trump, además, insiste en un papel de “pacificador” en Ucrania, lo que cierra de momento la puerta a una intervención directa en América Latina.
El riesgo de llamar abiertamente a la guerra desincentiva a los altos cargos, por lo que se prioriza un escenario de operaciones híbridas: ciberataques, sabotajes y violencia focalizada, añade teleSur.
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La recompensa contra Maduro refuerza esta estrategia de desgaste, que recuerda al fallido “Gedeón” de 2020, ahora actualizado como un “formato 2025”.
Esta ofensiva busca también proteger a Rubio de críticas en Florida, clave para su futuro político.
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Sin comprender esta dinámica, se corre el riesgo de caer en un miedo fabricado. El silencio del Pentágono no es improvisado: forma parte de una estrategia donde la ambigüedad fortalece los objetivos políticos. La psyop sustituye a la acción militar, al menos por ahora.
En este contexto, resulta esencial diferenciar entre rumores mediáticos y hechos verificables. Mientras no exista confirmación oficial, lo que se libra contra Venezuela es un juego de presión psicológica y política, más que una operación bélica tangible.