Rusia y China manifestaron su preocupación ante la reciente agresión israelí contra la capital de Qatar, Doha, advirtiendo que estas acciones podrían intensificar aún más la tensión en Medio Oriente.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia denunció que el ataque tuvo como objetivo “socavar los esfuerzos internacionales encaminados a alcanzar una solución pacífica en la región”.

Asimismo, instó a todas las partes involucradas en el conflicto a “evitar cualquier medida que contribuya a una escalada y arrastre a la región hacia una confrontación más amplia”.

Por su parte, la Cancillería china expresó su inquietud por las consecuencias del ataque israelí en Qatar, y señaló que este tipo de acciones podría entorpecer los esfuerzos diplomáticos en curso.

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Calificó como “sabotaje deliberado” el impacto de los ataques sobre las negociaciones para un alto al fuego en la Franja de Gaza.

También exhortó a las grandes potencias a “asumir un papel constructivo que contribuya a reducir la tensión regional, en lugar de avivar el conflicto”.

Las declaraciones se producen en un contexto de crecientes condenas por parte de países árabes y de la comunidad internacional, que exigen una  respuesta urgente para frenar la escalada de violencia y reencauzar el proceso de paz por la vía diplomática.

El ejército israelí anunció el martes el inicio de una nueva operación militar denominada "Cumbre de Fuego", dirigida contra altos mandos de Hamas que se encontraban en Doha.

Según un comunicado emitido por el propio movimiento palestino, seis personas perdieron la vida como consecuencia de la agresión.

Hamas también aseguró que el intento de asesinar a los miembros de su delegación negociadora en Doha fracasó, calificando la acción como una agresión directa por parte de la ocupación israelí.