Consejo Democrático Sirio condena crímenes en Ras al-Ain y Tal Abyad
En el sexto aniversario de la ocupación turca, el Consejo Democrático Sirio denunció desplazamientos forzosos, crímenes sistemáticos y alteraciones demográficas en Ras al-Ain y Tal Abyad.
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Entrada a la ciudad de Ras al-Ain (Sari Kaniye), al noroeste de la gobernación de Hasakeh en Siria (Foto: Agencias)
El Consejo Democrático Sirio condenó en un comunicado público las continuas violaciones de derechos humanos y el crimen organizado perpetrado por facciones respaldadas por Turquía.
La declaración tuvo lugar en el contexto del sexto aniversario de la ocupación de las ciudades de Ras al-Ain (Serê Kaniyê) y Tal Abyad (Gire Spi), ubicadas en la región de Jazira, al norte de Siria.
El comunicado calificó la ocupación como un "claro intento de borrar la identidad histórica y socavar el diverso tejido social que representó un modelo de coexistencia siria".
Según el Consejo, la agresión del 9 de octubre de 2019 dejó cientos de víctimas y obligó a más de 200 mil indígenas a desplazarse forzosamente.
En consecuencia, calificó el suceso como uno de los crímenes más graves contra la soberanía nacional y la integridad territorial de Siria.
La declaración también denunció asesinatos, arrestos arbitrarios, saqueos, confiscación de propiedades y la imposición de una nueva realidad demográfica que favorece los intereses turcos.
Añadió que el reasentamiento forzoso de familias desplazadas de otras zonas en Ras al-Ain y Tal Abyad constituye una flagrante violación del derecho internacional humanitario.
También consideró esta medida como una continuación de las políticas de ocupación dirigidas al cambio demográfico y la destrucción del carácter histórico y cultural de ambas ciudades.
El Consejo Democrático Sirio subrayó que poner fin a la ocupación turca y retirar a todas las facciones afiliadas es una prioridad nacional que debe ser asumida por el gobierno de transición.
Dicha medida, según el comunicado, es esencial para garantizar el éxito del proceso de transición política y alcanzar la estabilidad en Siria.
Asimismo, exigió la implementación del acuerdo del 10 de marzo como marco nacional para preservar la unidad territorial y establecer una solución basada en la justicia y la igualdad de ciudadanía.
Por último, el Consejo instó a la comunidad internacional a asumir sus responsabilidades, exigir justicia, y garantizar el retorno seguro y voluntario de la población desplazada.
Reafirmó su compromiso con la lucha política y pacífica para poner fin a la ocupación, alcanzar la justicia y construir una Siria pluralista, democrática y descentralizada, donde se respeten los derechos y la dignidad de todos los ciudadanos.