Hegseth y la militarización del Caribe en la era Trump
Pete Hegseth convierte el Departamento de Guerra en trinchera ideológica del trumpismo y desplaza la ofensiva militar hacia el Caribe.
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Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el secretario de Guerra, Pete Hegseth (Foto: Will Oliver - Pool vía CNP / Zuma Press / ContactoPhoto)
El secretario de Guerra de Estados Unidos, Pete Hegseth, se convirtió en una figura clave en la reconfiguración de la política exterior norteamericana contra Venezuela y Colombia durante la segunda administración de Donald Trump.
"Su nombramiento al inicio del mandato del magnate republicano no respondió a una lógica de rotación institucional, sino a una estrategia de giro militar y retorno al control hemisférico", señaló un artículo publicado este martes en Diario Red.
La llegada de Hegseth al Departamento de Guerra marcó una ruptura con la tradición de colocar al frente del Pentágono a figuras del complejo militar-industrial. En su lugar, Trump apostó por un perfil político-mediático, sin experiencia técnica pero con una clara misión ideológica.
"El ejército de Hegseth se consolida como punta de lanza de la avanzada imperial sobre el espacio caribeño”, señaló la fuente. En este marco, el secretario de Guerra encarna “la militarización ideológica del trumpismo”, orientada a restablecer la supremacía estadounidense en su propio hemisferio.
De acuerdo a Diario Red, la llegada de Hegseth como secretario de Estado reveló la decisión de Trump de politizar completamente el aparato de defensa, sustituyendo la lógica de la gestión por la de la cruzada político-ideológica.
Antes que un burócrata, Hegseth es un operador ideológico. Desde su tribuna en Fox & Friends Weekend, se consolidó como uno de los portavoces más leales del trumpismo mediático, difundiendo reiteradamente la narrativa del fraude electoral y defendiendo un discurso de restauración nacional.
La designación de Marco Rubio en el Departamento de Estado y la de Hegseth en el de Guerra materializaron la alianza entre el republicanismo militarista y la nueva derecha ideológica. Ambos representan la conversión de la política exterior estadounidense en una agenda de confrontación.
Hegseth encarna ese giro doctrinal: un militar de formación, pero un propagandista de vocación. En su figura se funden el soldado de las guerras fallidas de Irak y Afganistán, el comunicador del ecosistema mediático trumpista y el ideólogo de una restauración imperial.
En materia de política exterior, Hegseth ha sostenido también durante años una postura abiertamente sionista. Según Diario Red, considera a "Israel" como “baluarte de la civilización occidental” y a Irán como “su amenaza estructural”.
Desde su etapa como comentarista en Fox, impulsó una narrativa marcada por el rechazo al islamismo y al progresismo, justificando el intervencionismo en Medio Oriente como una defensa de “la libertad cristiana frente al islamismo radical”.
La doctrina de Hegseth, en síntesis, busca militarizar el repliegue del imperialismo estadounidense, desplazando su centro de operaciones ahora hacia el Caribe y el sur del continente. Su conducción del Departamento de Guerra refleja con claridad esa lógica de repliegue hemisférico.
Trump, junto a Marco Rubio y Pete Hegseth, impulsa una estrategia orientada a reafirmar la hegemonía de Estados Unidos en su entorno inmediato como respuesta a la erosión de su poder global.
En ese esquema, el Caribe se reposiciona como un teatro de operaciones prioritario, y Venezuela emerge como laboratorio de ensayo para un trumpismo abiertamente militarizado. Es en ese terreno donde Hegseth despliega su influencia con mayor nitidez.
Al Mayadeen Español