El líder del movimiento Ansar Allah, Sayyed Abdul-Malik Al-Houthi, exhortó a la preparación para un próximo enfrentamiento "con el enemigo y quienes cooperan con él", subrayando que Yemen salió fortalecido en todos los aspectos tras la última ronda de batallas.

Durante un discurso pronunciado en conmemoración del aniversario del "Mártir", Sayyed Al-Houthi advirtió que un enfrentamiento total es inevitable mientras persista la ocupación de Palestina, afirmando que la estabilidad regional no será posible bajo tales condiciones.

Recalcó que no solo Palestina, sino también países como Líbano y Siria, están en la mira de los enemigos, y que toda la nación árabe es objetivo de agresión. "La nación es un objetivo, queramos o no, y lo que nos protege es la lucha, no la rendición ni la sumisión", expresó.

El líder yemenita alertó sobre la amenaza que representa el enemigo y su ideología profundamente arraigada, calificándola de extremadamente peligrosa.

Señaló que el enemigo no necesita provocación para actuar, pues lo impulsa una doctrina hostil hacia la nación.

Afirmó que el enemigo busca vincular todo lo que sucede en la región con el petróleo, el gas, los recursos naturales e incluso el acceso al agua. Instó a la nación a reconocer la brutalidad con la que busca imponer su dominio y someterla a la humillación y la desgracia.

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Sobre Gaza, Líbano y Sudán

Asimismo, indicó que Estados Unidos es cómplice de los crímenes israelíes en Gaza y condenó su postura, a la que calificó como impotente.

Subrayó que quienes apoyaron a Palestina fueron objeto de campañas de difamación tras el anuncio del alto al fuego en Gaza.

Denunció las violaciones al alto al fuego por parte de "Israel", incluyendo asesinatos, asedio, cierre del paso de Rafah y obstrucción de ayuda humanitaria.

Mencionó torturas a prisioneros palestinos y extracción de órganos como parte de los abusos.

Sobre Líbano, Sayyed al-Houthi afirmó que el objetivo del enemigo también incluye desarmar a la resistencia pues protege al país contra los continuos actos de agresión.

Por otra parte, elogió el movimiento mundial de solidaridad con Palestina, pero lamentó la débil respuesta de algunos regímenes árabes que prohibieron las manifestaciones en apoyo a la causa.

Finalmente, denunció que los aliados del enemigo israelí respaldan los acontecimientos en Sudán, describiéndolos como algunos de los crímenes más atroces cometidos en la región.