El tomate en la dieta disminuye la hipertensión
Los expertos también asociaron su consumo con la reducción de los peores índices.
"La calle se llenó de tomates, mediodía, verano"…estos son algunos de los versos escritos por el poeta de Chile Pablo Neruda en su oda a la fruta, que además de ser deliciosa, hace maravillas para la presión arterial.
Al realizar intervenciones dietéticas, un estudio publicado en la revista European Journal of Preventive Cardiology encontró que aquellos con mayor consumo de ese alimento tienen un riesgo 36 por ciento menor de desarrollar la hipertensión.
Incluso en personas ya enfermas, los expertos también asociaron su consumo con la reducción de los peores índices.
Su ingesta diaria reguló el organismo tras disminuir los riesgos de aquellos alimentos ricos en sodio y aumentar el potasio.
De igual forma, resultó abundante en licopeno, recurso necesario para estabilizar el endotelio o las paredes de las arterias y promover la generación de óxido nítrico en el endotelio, mejorando, por así decirlo, el flujo sanguíneo.
Algunas de sus propiedades beneficiaron la piel y ralentizaron los signos de envejecimiento desde adentro hacia afuera, como las arrugas.
Es importante tener en cuenta que al añadir sal o cocinarlos a fuego lento, estos productos pierden muchos de sus beneficios nutricionales y cardioprotectores.
La incorporación de sus pigmentos antioxidantes a ensaladas es esencial, junto a verduras como las espinacas, los pimientos rojos, las zanahorias y la col rizada.