La grasa abdominal, más que un tema estético, representa un riesgo para la salud al aumentar el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, diabetes de tipo 2, accidentes cerebrovasculares y colesterol alto.

Una de las formas más sencillas y efectivas de fomentar la pérdida de grasa abdominal es mantener una adecuada hidratación.

Según los expertos, lo recomendable es consumir entre 1,5 litros (para las mujeres) y dos litros (para los hombres) al día, como parte de una rutina diaria que implique una actividad física moderada y temperaturas medias.

Por otra parte, comenzar el día con un desayuno rico en proteínas ayuda a sentirse saciado y reduce las posibilidades de comer en exceso más tarde.

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Durante las meriendas, es importante incluir nueces, frutas y verduras, pues son opciones ricas en vitaminas y minerales. 

Controlar el tamaño de las porciones es otro aspecto fundamental, porque incluso los alimentos saludables son dañinos en exceso.  

Mientras, las bebidas azucaradas como los refrescos y las gaseosas están cargadas de calorías vacías y agravan los problemas de salud. 

Los estudios recomiendan reemplazar esos productos por otras alternativas, como té de hierbas o agua con un toque de cítricos. 

Junto a esto, la práctica de ejercicios cardiovasculares quema calorías, y los entrenamientos de fuerza desarrollan músculos y estimulan el metabolismo. 

Al querer perder peso, uno tiene que tomar el control de la propia vida, evitar las exageraciones y adoptar un estilo más saludable.