Cuando el Sur habla alto y claro
Desde el corazón del imperio, el presidente de Colombia, Gustavo Petro confrontó el genocidio israelí, interpeló a EE. UU., reafirmó su solidaridad con Palestina y respondió a las amenazas contra Venezuela.
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Cuando el Sur habla alto y claro.
Desde las calles de Nueva York, en medio de una multitud que marchaba contra el genocidio en Gaza, Gustavo Petro levantó la voz con la fuerza de quien no teme desafiar al imperio.
“Les pido a todos los soldados del Ejército de los EE. UU. no apuntar contra la humanidad sus fusiles. ¡Desobedezcan la orden de Trump!, ¡Obedezcan la orden de la humanidad!”.
La escena fue intensa y simbólica. Un presidente latinoamericano arengaba públicamente a las tropas estadounidenses, en el corazón del imperio, pidiéndoles desobedecer órdenes que sostienen una guerra colonial.
No fue una frase improvisada: formaba parte de un mensaje político cuidadosamente articulado que tuvo como eje la defensa de Palestina y la denuncia de la complicidad de Estados Unidos con “Israel”.
Petro acusa a EE. UU. de violar la ONU y ordena relevo diplomático https://t.co/6u4M2qK7xp#GustavoPetro #EstadosUnidos #Colombia #ONU #DerechoInternacional pic.twitter.com/W2HAROVFbQ
— Al Mayadeen Español (@almayadeen_es) September 30, 2025
Petro participó activamente en las movilizaciones en Nueva York junto a comunidades árabes, organizaciones propalestinas y sectores progresistas estadounidenses, enviando un mensaje claro: Colombia ya no será un actor pasivo en los conflictos globales.
Su posicionamiento no solo desafía la política exterior de la Casa Blanca, sino también rompe con décadas de alineamiento automático con Washington.
Un discurso sin precedentes en la ONU
Horas antes de la protesta, Petro intervino en la 80ª Asamblea General de las Naciones Unidas con un discurso que se ha convertido en uno de los más radicales y polémicos de un jefe de Estado latinoamericano en décadas.
En el podio de la ONU, acusó a “Israel” de cometer un genocidio en Gaza y denunció la responsabilidad directa de EE.UU. y sus aliados europeos.
“La humanidad debe detener el genocidio en Gaza; no puede permitir ni un día más de genocidio, ni dejar libre a los genocidas de Netanyahu y sus aliados en Estados Unidos y Europa”.
#VIDEO 🔴 PETRO DENUNCIA EN LA ONU EL GENOCIDIO SIONISTA EN GAZA Y LLAMA A SALVAR LA HUMANIDAD
— Al Mayadeen Español (@almayadeen_es) September 24, 2025
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, denunció en la Asamblea General de la ONU el genocidio de “Israel” contra el pueblo palestino, acusando a la comunidad internacional,… pic.twitter.com/bUsAf9Jfch
Petro afirmó que la diplomacia fracasó frente a la violencia estructural israelí y propuso la creación de una fuerza internacional votada por la Asamblea General para detener la matanza.
“El genocidio debe pararse con lo que sigue a la diplomacia… Se requiere un ejército poderoso de los países que no aceptan el genocidio. Ya sobran las palabras: es la hora de la espada, de la libertad o muerte de Bolívar”.
Su intervención también abordó de forma frontal la política de la administración Trump en América Latina y el Caribe.
Acusó a Washington de instrumentalizar la “guerra contra las drogas” para mantener el control geopolítico sobre la región, comparando las masacres de campesinos colombianos con la matanza de niños palestinos.
Venezuela y la amenaza permanente
En uno de los pasajes menos difundidos, Petro dedicó parte de su intervención a alertar sobre las amenazas militares y económicas que Washington lanza contra Venezuela, a las que calificó como parte de un esquema imperial que busca doblegar gobiernos soberanos en América Latina y el Caribe.
El presidente colombiano denunció que la política de presión sobre Caracas no responde a preocupaciones democráticas, sino a intereses estratégicos y energéticos, en un contexto en el que intentan mantener su influencia en el hemisferio.
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Señaló que la misma lógica que sostiene la ofensiva israelí en Gaza —el uso del poder militar y económico para imponer agendas coloniales— es la que respalda el cerco contra la República Bolivaria. Para Petro, Gaza y Caracas son escenarios distintos de una misma confrontación global: la que enfrenta al bloque imperial con los pueblos que resisten.
Estas declaraciones tensionaron aún más el ambiente diplomático, pues rompieron con la prudencia histórica de Bogotá frente a la política estadounidense hacia su vecino.
El mandatario colombiano colocó el tema venezolano en la tribuna de Naciones Unidas como parte de una disputa internacional mayor, vinculada al orden multipolar emergente.
Escalada diplomática con Washington
La reacción de Estados Unidos fue rápida. El Departamento de Estado anunció la revocatoria de la visa de Petro, acusándolo de “acciones imprudentes e incendiarias” tras sus intervenciones públicas en Nueva York.
Petro respondió sin titubeos: “Llego a Bogotá. Ya no tengo visa para viajar a EE. UU. No me importa. No necesito visa”.
El gesto desencadenó un acto de solidaridad política interna sin precedentes: varios ministros colombianos anunciaron la renuncia voluntaria a sus visas estadounidenses, y denunciaron las prácticas de coerción de Washington.
La canciller Rosa Yolanda Villavicencio acusó a EE. UU. de vulnerar la inmunidad diplomática, mientras funcionarios de alto nivel calificaron la decisión como un atropello a la soberanía.
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Cuando el Sur habla alto y claro
Soberanía en armas y ruptura con la OTAN
El enfrentamiento diplomático vino acompañado de decisiones estratégicas profundas. Petro anunció la suspensión de la cooperación militar con “Israel”, rechazó el ingreso de Colombia a la OTAN por considerarlo incompatible con su posición ante Gaza, y presentó el primer rifle de fabricación nacional diseñado para sustituir el armamento israelí.
Estas medidas simbolizan un giro sustancial en la política exterior de laq nación latinoamericana, la cual durante décadas se mantuvo subordinada a las lógicas militares de Washington y “Tel Aviv”.
Al apostar por la autosuficiencia militar y el realineamiento geopolítico con el Sur Global, envió una señal clara: Colombia busca ocupar un lugar soberano en el nuevo orden multipolar.
Un giro histórico desde el Sur
La posición de Petro no surge en el vacío. Desde 2023, Colombia ha roto progresivamente con el sionismo y la subordinación automática a EE. UU.
Envío de ayuda humanitaria a Gaza, retiro de embajador en “Tel Aviv”, apoyo a Sudáfrica ante la CIJ, boicot a empresas cómplices de crímenes de guerra y apertura de representación diplomática en Ramala forman parte de una misma estrategia.
Su discurso en Nueva York y en la ONU no solo sacude el tablero geopolítico; coloca a la nación suramericano en una posición inédita dentro de América Latina, cercana a los países que desafían la hegemonía occidental y buscan una redistribución real del poder global.
Un mensaje que resuena más allá de Bogotá
La arenga a los soldados estadounidenses, la denuncia del genocidio israelí, la defensa de Palestina y la advertencia sobre Venezuela no son hechos aislados. Conforman un mensaje político integral que desafía la arquitectura imperial desde una perspectiva latinoamericana.
Petro decidió hablarle directamente a Washington, a “Israel” y al Sur Global, redefiniendo el papel de Colombia en la política internacional.
Su postura marca un quiebre respecto a la tradición diplomática de su país y abre un escenario inédito de confrontación y realineamientos.
La pregunta que queda en el aire es si este giro encontrará respaldo sostenido en la región y si será capaz de resistir la presión de los centros de poder. Lo cierto es que, desde Nueva York, Petro ha hecho visible que el mapa político del continente está en plena transformación.