El funeral del mártir Saleh Al-Arouri y sus dos compañeros en el corazón de Beirut: emociones, mensajes y promesas
La entidad sionista ataca a los dirigentes de Hamas en el corazón del suburbio. Los refugiados palestinos y los residentes libaneses reciben el mensaje y responden con otros más fuertes: "Son nuestros hijos, hijos de una resistencia y una religión, y tienen un enemigo, que es `Israel´".
A las tres de la tarde del jueves, el Movimiento de Resistencia de Palestina, Hamas, convocó el funeral de los mártires Saleh al-Arouri, Azzam al-Aqra y Muhammad al-Rayyes desde la mezquita Ali bin Abi Talib en la carretera al-Jadida en Beirut hasta el cementerio de los mártires en Shatila.
Alrededor de las dos en punto, todas las calles que conducían a la mezquita estaban llenas de gente. Los palestinos procedían de todos los campamentos de Líbano, y los libaneses de Beirut, Sidón, Tiro, Trípoli y otras zonas de la geografía del país cuyo pueblo no olvida la promesa de sangre con Palestina.
Congestión sin enfado. El ruido de los altavoces suena como un mar de rugido armonioso con los vítores de los reunidos aquí y allá. Sin ira ni quejas, la ocasión es mayor que cualquier sentimiento fugaz, y es el funeral de los mártires asesinados por "Israel" en el corazón del suburbio (Dhahiya) del sur de Beirut.
Mujeres y hombres, jóvenes y viejos, y niños que llevan su ira y orgullo en los mártires, y banderas de todos los colores y de todos los partidos. Un bosque con las banderas de Palestina sobre las cabezas esperando el final de la oración fúnebre por los mártires. Es difícil hacer el camino entre las multitudes. Saludos entre las personas en que las palabras de felicitación se mezclan con el dolor de condolencia.
"Es una gran pérdida el cheikh Saleh y todos los mártires con él", dice Munir desde el campamento de Shatila a Al-Mayadeen, mientras nivela la bandera del Frente Popular para la Liberación de Palestina: "Israel es un cobarde. Asesinó al cheikh para cubrir su fracaso en romper la voluntad de la resistencia en Gaza, pero no solo es cobarde, sino también estúpido, ya que olvida que somos las generaciones de lealtad a los mártires Abu Ali Mustafa, Ahmed Yassin y Fathi Shikaki, y no nos desviaremos de este camino hasta la liberación de Palestina".
En cuanto a Mohammad, que viene del campamento de Beddawi, nos dice que es normal estar aquí, como todos los palestinos del Líbano. El cheikh Saleh es el mártir de toda Palestina, y sus compañeros son libaneses y palestinos, y dice: "Tenemos que estar aquí para decirle a “Israel” que todos estamos en su contra. Este funeral es un voto de que nosotros, los refugiados, todavía estamos en esta línea y este enfoque, y todos deseamos el martirio. Si “Israel” intensifica y abre el frente del Líbano, regresaremos como libertadores a Palestina bajo el liderazgo de Sayyed Hassan Nasrallah, quien dijo que el ataque a Al-Arouri no pasará sin rendir cuenta.
La hajja (peregrina) Iman, que casi no contiene las lágrimas y trata de ocultarlas entre las arrugas de su rostro mientras lee unos suras del Sagrado Corán por las almas de los mártires, dice a Al-Mayadeen. "Soy residente de la zona de Fakahani. Mi marido y mis hijos participaron en la revolución palestina. Siempre he participado en los funerales de los mártires. Hoy, siento que estoy de vuelta en los años 70. “Israel” tiene un enfoque para asesinar a nuestros líderes, por supuesto, porque lo lastimaron, pero como de costumbre, hace un error de cálculo. De la sangre de Arouri y sus camaradas, la resistencia obtendrá fuerza, y Hamas obtendrá fuerza".
Ella arregla la faja de Qassam sobre su cabello blanco y dice: "Mira hija: Somos un pueblo resistente. Amamos a todos los que portan armas contra “Israel”. Por los tres líderes que los asesinaron en Fardan Zaghradna gritamos ululares en su funeral y estaban en Fatah, cuando asesinaron a Ghassan Kanafani, lloramos por su juventud y por su sobrina, y él era del Frente Popular. Por el jeque Ahmed Yassin, Fathi Al-Shikaki y nuestro padre, Abu Ammar (Yasser Arafat), todos lloramos por ellos. Cada mártir que da su vida por el bien de Palestina, es como si fuera mi hijo, por Dios".
Sus lágrimas la interrumpen. Y una mujer a su lado nos cuenta que es madre de un mártir que ascendió (al cielo) en la invasión de Beirut en 1982, y siente consuelo por participar en los funerales de los mártires, todos los mártires, y que va a los campamentos remotos a compartir con las familias de los héroes su sufrimiento y aliviarlos, sobre todo después de que sus hijos se marcharan con la resistencia palestina del Líbano en agosto de 1982 a Yemen, y más tarde a Cisjordania.
Desde Beirut, la resistencia es un mensaje elocuente
Después de la oración fúnebre, dirigida por un representante del Gran Mufti de la República Libanesa, Abdul Latif Derian, los tres ataúdes salieron cargados sobre los hombros de miles de dolientes de la mezquita ubicada en el corazón de la capital libanesa en medio de consignas de Allahu Akbar (Dios es el más grande). "Israel" ataca a los líderes de Hamas en el corazón del suburbio (Dhahiya), por lo que los refugiados palestinos y los residentes libaneses reciben el mensaje y responden con otro más fuerte: "¡Son nuestros hijos! Hijos de una resistencia y una religión, y tienen un enemigo, que es `Israel´".
Bajo la lluvia, las multitudes caminan; una lluvia de lágrimas, de cánticos, de escenas sobre Beirut escritas por periódicos, novelas y poemas: Beirut es el abrazo de Palestina, cuyas calles se superponen con los campamentos, y los fedayines (guerrilleros) viven en ella como si realmente fuera su patria, no hay patria alternativa ni patria transitoria. Beirut, que robó el corazón de poetas, escritores y activistas, por lo que vinieron como voluntarios cuando los israelíes la ocuparon hace unos meses, hace unos 40 años, para algunos caer como combatientes allí, y para dejar algunos sus testimonios sobre ella y su gente para la historia en los versos de la poesía, los capítulos de las novelas y los detalles de los cuentos.
Beirut, pintada por Naji Al-Ali como una niña llorosa y de pelo largo que riega a los guerrilleros desde los balcones y llora por los nuevos mártires de Palestina allí; Beirut, que no pide tu identidad ni tu nombre para conocer su secta. Basta estar en contra de "Israel" para abrirte su corazón y convertirse en madre, hermana, compañera, amiga, compañera de aventuras, secretos y lágrimas.
Beirut es la ciudad cuyo suelo regó la sangre palestina al igual que regó la tierra de Palestina. Es la capital donde el 9 de junio de 1981, mil palestinos y libaneses fueron martirizados cuando comenzó el loco asedio para obligarla a rendirse y declarar el comienzo de la era israelí. Sufrió, lloró y no se arrodilló. Más bien, su resistencia propinó un golpe mortal al israelí y lo obligó a irse derrotado a fines de septiembre y exigió a su pueblo: "No disparen. Las tropas israelíes van en retirada”, mientras izaban banderas blancas sobre sus tanques y vehículos.
La promesa de liberación permanece
Cerca del Cementerio de los Mártires, que incluye un mosaico múltiple y único de mártires que fueron a la muerte confiados en la libertad de Palestina, nos encontramos con la libanesa Yafa. Ella dice que está aquí porque su participación es un mensaje para las familias del mártir Saleh Mohammad Suleiman Khasib, quien se apodaba con el nombre de su pueblo Aroura, al norte de Ramallah. "Un mensaje de que toda la gente del mártir es su familia, y que no es un extraño aquí. La tierra del Líbano y su gente abrazan la resistencia y los mártires, y la gente no olvida la virtud de los luchadores de la resistencia, y su testimonio es querido por los pueblos que han experimentado a “Israel” y su arrogancia".
Después de que los cuerpos de los mártires fueran inhumados, varios discursos fueron pronunciados por dirigentes de Hamas, Hizbullah y la Organización de Liberación de Palestina en el Líbano. Todos coincidieron de manera unánime en la disposición a confrontar al israelí una y otra vez, porque su presencia es la mayor amenaza tanto para los palestinos como para los libaneses.
Entre los cánticos que glorifican a los mártires y exigen venganza, las gargantas gritaban la promesa de ajusticiar al enemigo por atacar a aquellos en la posición de Arouri y sus compañeros en su ejército.
La oscuridad (de la noche) se unía a la lluvia y ambas se arrastraban en los cielos de Beirut, mientras preparaban las tumbas de los mártires y lápidas para colocar sobre ellas. En este cementerio, muchos fueron enterrados con la esperanza de liberar a Palestina. Sus cuerpos desaparecieron, pero los gritos de libertad resuenan y confirman la promesa de la primavera de libertad.