Cómo la (des)información sobre China afecta las elecciones presidenciales de Irán
La política de "Mirar hacia el Este" es una alternativa muy necesaria para Asia occidental en su enfoque del orden global.
La influencia de China se extiende mucho más allá de su condición de segunda economía más grande del mundo. Los reformistas, los neoliberales y las facciones rouhanistas a menudo han intentado restar importancia a las características distintivas e influyentes del gigante asiático. Tienden a representarlo como una nación que evita el conflicto con Estados Unidos, simplificando su imagen para adaptarla a esta perspectiva estrecha. Sin embargo, esa visión reduccionista no logra captar la naturaleza multifacética de la identidad y los logros de esa nación.
China cuenta con una historia que abarca miles de años, marcada por acontecimientos importantes como la revolución antiimperialista. Está gobernada por un Partido Comunista con casi 100 millones de miembros, con más de 50 comunidades étnicas. Además, las empresas estatales representan el 40 por ciento del Producto Interno Buto -PIB- nacional. Estos factores en conjunto hacen que sea mucho más que otra superpotencia global.
Describir a China como un mero producto del orden global actual socava los aspectos únicos de su desarrollo. Esta perspectiva ignora los logros notables y sin precedentes, atribuyéndolos únicamente a la apertura de su economía. Tales narrativas a menudo omiten el camino riguroso y la trayectoria determinada que la han llevado al estado actual.
Pasan por alto la resiliencia y la determinación nacional de la sociedad china de proteger su soberanía contra la interferencia imperialista, así como su firme compromiso de priorizar el bienestar de los ciudadanos comunes y corrientes. Esta narrativa también tiende a oscurecer el hecho de que los avances son resultados definitivos de esfuerzos deliberados y estratégicos. Más bien, los presenta como mera casualidad.
Esta perspectiva sesgada pasa por alto los importantes desafíos que han definido el camino de esa nación. Al ignorar las razones subyacentes de la transformación de China y las características únicas que la distinguen, no capturan la esencia de lo que realmente hace que el ascenso sea notable e impactante.
Además, esta narrativa limitada reduce la vasta y compleja estructura económica del país a un modelo simplista en el que el capital por sí solo dicta los medios de vida de las personas, ignorando el papel crucial del Estado en el fomento de las capacidades, de plataformas para el crecimiento y el gobierno de todo el sistema. Esta narrativa errónea del sistema chino está difundiendo en la práctica percepciones erróneas en Irán. Al presentar el éxito chino como un resultado directo de la liberalización del mercado, se sugiere que se pueden alcanar logros similares simplemente siguiendo el mismo camino en la República Islámica, sin tener en cuenta los contextos históricos, sociales y políticos únicos que han dado forma al desarrollo de China, y los contextos profundamente integrados en sus estrategias, políticas y enfoques nacionales.
El socialismo con características chinas constituye el núcleo de su modelo de gobernanza. Si bien abrió su mercado ha monitoreado constantemente la dinámica, evaluado los resultados y ajustado los objetivos por diversos métodos. Esto refleja un Estado altamente eficiente con una influencia sustancial sobre la economía, facultado para realizar cambios y adaptar los sistemas en aras del bienestar de las personas y no únicamente para obtener ganancias. Este aspecto es esencial para entender el enfoque de China.
En consecuencia, cuando los iraníes observan los impresionantes resultados logrados en elm gigante asiático mediante su integración a la economía global, se equivocan al seguir una estrategia similar. Sin embargo, esto niega los factores matizados detrás del éxito de China: una gobernanza estratégica con características chinas cuyo núcleo es el bienestar de la gente corriente.
El daño causado por la campaña de desinformación sobre el enfoque internacional de China y el JCPOA:
Independientemente de los problemas causados por esta narrativa falsa, el enfoque en sí es erróneo, ya que implica la misma actitud hacia Irán: copiar de otros ejemplos exitosos con poco respeto por nuestra soberanía y ecosistema único, que requiere respuestas únicas a sus demandas y características.
El resultado es presentar a China como un Estado sin valor que sólo sigue el orden actual, amplificado por las organizaciones imperialistas y sus métodos opresivos. La mejor interpretación sugiere que se siente intimidada por el orden actual y no tiene ningún deseo de realizar cambios, lo que contradice fundamentalmente la realidad.
El contraste entre la trayectoria que ha seguido China, especialmente después de la presidencia de Xi Jinping, y lo que los llamados reformistas están tratando de transmitir es claro. No es conveniente percibir a China como un actor sumiso cuando se considera la monumental Iniciativa de la Franja y la Ruta y la cooperación dentro de los BRICS. Los esfuerzos importantes justo antes del 7 de octubre de 2023 por parte de Estados Unidos fue el Corredor Económico India-Oriente Medio-Europa (IMEC), anunciado en la Cumbre del G20 en Delhi.
Si China es simplemente un seguidor, ¿por qué Estados Unidos siente la necesidad de introducir un contraproyecto tan masivo? Además, si China es percibida como sumisa, ¿por qué utiliza varias monedas en sus relaciones con otros socios para facilitar la despolarización y democratización del orden global? Si China se siente intimidada por el orden mundial unipolar, ¿por qué los BRICS están iniciando su propia moneda?
Esperar y presentar a China como conforme a las normas del sistema actual refleja una falta de comprensión del enfoque multipolar que China defiende activamente. La renuencia a reconocer la postura multipolar de China es extremadamente perjudicial para la comunidad del Sur Global. Es esencial que los estados del Sur Global interpreten el concepto de una comunidad global multipolar en términos de sus propios intereses nacionales. Este concepto complejo requiere que cada país encuentre su lugar y defina el significado del multipolarismo: un sistema mundial democrático basado en la igualdad y el respeto, en lugar de la hegemonía unilateral del imperio estadounidense.
China e Irán han colaborado significativamente en los esfuerzos por desafiar el orden mundial unipolar.
Irán no sólo se beneficia sino que también promueve activamente el orden mundial multipolar. Ha tomado medidas proactivas para resistir la hegemonía estadounidense, particularmente en Asia occidental, a través de medios militares y estableciendo un sistema económico capaz de resistir las sanciones de Washington. Internamente y en sus esfuerzos por profundizar las relaciones con otros países, ha tratado de mitigar y eludir las imposiciones imperiales, fomentando plataformas para identificar nuevos caminos hacia el desarrollo a pesar de las intensas presiones y embargos.
El desprecio por el hecho de que China defiende un orden mundial multipolar centrado en el respeto y la igualdad, en lugar de órdenes dictadas por el autoritarismo de EE. UU., sería particularmente perjudicial para Irán. Para beneficiarse es imperativo comprender sus características multilaterales y multifacéticas. Al reconocer que la nación asiátia busca activamente alternativas prácticas respetando al mismo tiempo sus propios valores, puede obtener beneficios adicionales.
Irán no sólo puede convertirse en el Estado más confiable de Asia occidental para China en términos de energía y seguridad, sino que China también puede volverse más confiable para Irán.
Un ejemplo significativo del enfoque chino son sus acciones con respecto a la operación del Mar Rojo. Los Ansar Allah en Yemen están provocando importantes perturbaciones en el comercio marítimo mundial. Es evidente para todos que China, un país que depende en gran medida del mercado global, ha sufrido a consecuencia de ello. A pesar de esto, y contrariamente a la narrativa promovida por los neoliberales iraníes, China no se unió a la coalición ni ejerció presión pública sobre Irán y la Resistencia.
China no tenía que apoyar la resistencia armada de Palestina, pero lo hizo. Esto indica que tiene su propio enfoque significativo hacia la gobernanza y las posiciones internacionales. Este aspecto crucial de la cooperación con Irán está prosperando. El sentimiento de resistencia y desafío es compartido entre estos dos Estados, aunque con diferentes niveles de intensidad y expresión. El desafío radica en aprovechar estos valores compartidos y traducirlos en beneficios tangibles para los iraníes comunes y corrientes. Es imperativo captar las complejidades e integrarlas en el proceso de toma de decisiones al establecer políticas y enfoques nacionales.
Los rouhanistas retratan el Plan de Acción Integral Conjunto -JCPOA- como esencial para las relaciones entre Irán y China para desinformar al público, diciendo que China sólo se comprometerá con la nación islámica si cumple con las demandas estadounidenses y se alinea con los intereses occidentales. Esta narrativa refleja la percepción de un orden global unipolar en el que los vínculos cada vez más profundos entre ambas se consideran una amenaza. En su visión del mundo, a menudo se ignora la importancia de relaciones comerciales significativas con los países vecinos, por un total de 100 mil millones de dólares.
Los partidarios del JCPOA abordan cada cuestión a través de la lente del régimen de sanciones, determinan sus soluciones a estas limitaciones. Esta perspectiva estrecha surge de su comprensión incompleta de China y su renuencia a mantenerse actualizados sobre la geopolítica internacional. Como resultado, no logran comprender las implicaciones más amplias de las luchas y condiciones globales actuales.
Aún no está claro si Zarif y Rouhani, que están detrás de la campaña presidencial de Pezeshkian, reclamarán el mérito de sus acciones durante su administración. Cuando se trata de acontecimientos positivos como el acuerdo de 25 años con China, tienden a atribuirse el mérito, a pesar de que el actor principal en la firma del acuerdo fue Larijani.
Larijani no formaba parte del gobierno pero fue designado debido a la solicitud del Estado chino de un negociador fuera del gobierno, asegurando la validez del acuerdo a pesar de los cambios en la presidencia. Kamal Kharrazi, jefe del Consejo Estratégico de Relaciones Exteriores de Irán, destacó que debido a los frecuentes cambios en los gobiernos iraníes, China solicitó un representante más allá de la actual administración, lo que llevó al nombramiento de Larijani para esta misión.
Este plan estratégico tiene como objetivo garantizar la continuidad entre las administraciones y proteger el acuerdo del impacto de los cambios de presidencia. Después del período de luna de miel inicial tras las negociaciones del JCPOA, durante el cual el público y los responsables políticos fueron engañados, Zarif y Rouhani se distanciaron del acuerdo. A medida que pasó el tiempo y las verdaderas consecuencias se hicieron evidentes, echaron la culpa a las políticas generales de la república, presentándose a sí mismos como meros ejecutores y víctimas de decisiones más amplias. ¿Por qué la administración de Rouhani tardó alrededor de seis años en finalizar el acuerdo de 25 años después de la declaración firmada entre Xi Jinping y Rouhani? Los ejemplos infames incluyen la demora en el nombramiento de un embajador durante meses, la negativa a importar vacunas covid de China con el pretexto de cumplimiento del GAFI y la tasa más baja de ventas de petróleo a China, todos los cuales son parte del historial de la administración Rouhani en su relaciones con China.
Era Raisi y China:
Tres años de administración de Ebrahim Raisi han demostrado que la profundización de las relaciones con China no está ligada al JCPOA y es totalmente factible, incluso en medio de la campaña de mayor presión de Estados Unidos. El cambiante orden mundial se ha incorporado a las relaciones internacionales de Irán y la administración de Raisi se ha destacado en la comprensión de este importante fenómeno.
Es crucial no sólo entender cómo China interactúa con el mundo, sino también mantenerse actualizado sobre los rápidos cambios que ocurren a nivel mundial, particularmente después de la operación Diluvio de Al-Aqsa y la guerra de Ucrania. Es esencial comprender esta nueva realidad, moldeada por el triángulo estratégico de China, Irán y Rusia.
Irán es un actor vital y activo en la remodelación del orden global, y esto primero debe ser reconocido por los rouhanistas dentro de Irán. Irónicamente, están entre los últimos en comprometerse con esta realidad ampliamente aceptada. El declive de la hegemonía del imperio y de su moneda, el dólar, está ocurriendo, y posponer la realización de este hecho es una señal de fe en Occidente y de sentirse intimidado por su hegemonía.
La administración de Raisi materializó lo que Jalili había estado defendiendo durante y después del acuerdo nuclear. La posición de soberanía en el centro, combinada con la política de "Mirar hacia el Este", resultó en un crecimiento del seis por ciento en la economía, la membresía de Irán en BRICS y la Organización de Cooperación de Shanghai, y el inicio de proyectos de infraestructura largamente esperados.
En lugar de tener el JCPOA como núcleo y punto de partida de una situación frágil, que quedó completamente resquebrajada después de la llegada de Trump al poder, Irán debería priorizar sus intereses nacionales y trabajar prácticamente con el mundo entero tratando de encontrar alternativas, evitando las sanciones que ya se estaban practicando y ha dado lugar a importantes cambios positivos para la economía y la diplomacia de Irán. Esto incluye centrarse en la región y sus capacidades, y centrarse en la dinámica del Sur Global como el camino a seguir para Irán.
En este concepto, Jalili y su equipo comparten el mismo enfoque y han estado abogando por profundizar nuestras relaciones con los países vecinos, identificando las oportunidades potenciales que durante mucho tiempo han sido ignoradas y negadas. Comprender la realidad de que China no se siente intimidada por la amenaza del GAFI y no depende de la estructura global unipolar estadounidense es lo que Jalili ha estado defendiendo durante años. fue durante la administración de Raisi que esta perspectiva se materializó. En lugar de amplificar y presionar las limitaciones impuestas por el GAFI, reconocieron los hechos concretos sobre la verdadera naturaleza y las intenciones de China, descubrieron potenciales e identificaron alternativas.
Después del Diluvio de Al-Aqsa: imperativos estratégicos para Irán y el Sur Global
Tras el Diluvio de Al-Aqsa y la Operación Promesa Verdadera, la situación en la región se ha vuelto cada vez más clara. Ahora, más que nunca, el Sur Global tiene la oportunidad de confrontar estratégicamente al Norte Global. El genocidio en Gaza y el nuevo enfoque de China, especialmente después de la operación en Ucrania, subrayan este momento. Lo que está sucediendo en Gaza está definiendo el futuro de Asia occidental, y las contribuciones de Irán a la liberación de Palestina son cruciales no sólo para Palestina sino para toda la región.
Si bien el líder de Irán establece la estrategia para la resistencia regional, las políticas de las administraciones también desempeñan un papel importante. La administración Rouhani, por ejemplo, hizo todo lo posible por distanciar a Irán de su papel como líder del Eje de Resistencia. Como mencionó Jalili durante el debate presidencial: "Perdimos a Soleimani debido a los enfoques que adoptó la administración de Rouhani hacia los intereses y la seguridad nacionales de Irán".
En medio del cambiante orden global, Irán debe adoptar un enfoque similar al de Raisi, identificando nuevas oportunidades, aprovechando las oportunidades ocultas y expandiéndose más allá del JCPOA para abrazar un mundo multipolar ejemplificado por los BRICS. Es crucial fortalecer los vínculos con Rusia y China y garantizar que las iniciativas de Irán sean escuchadas por ellos.
Una relación multipolar y respetuosa debería guiar la diplomacia de Irán.
A nivel regional, Irán ha logrado llevar la paz a Asia occidental y ha elevado la causa palestina a la categoría de prioridad global. La única tensión que debe mantenerse y aumentar es contra la entidad sionista y la presencia estadounidense; el resto debería centrarse en la paz y el desarrollo de la región.
El futuro gobierno debe trabajar de manera proactiva hacia un enfoque multipolar más funcional en la política exterior de Irán y empoderar a otros países en su Resistencia contra la hostilidad imperialista. Colaborar incansablemente con China es vital, particularmente para hacer de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) una piedra angular de la estrategia de Irán.
La Iniciativa Cinturón y Ruta -BRI- representa la forma más tangible de comerciar con China y es el proyecto de infraestructura más grande en el que Irán debería desempeñar un papel importante, no sólo bilateralmente, sino también estableciendo redes con todos los países a lo largo de la ruta.
En este punto de inflexión crucial, especialmente considerando la situación en Gaza, Irán debe aprovechar todas las oportunidades posibles para avanzar en su enfoque revolucionario, que ha estado vigente desde 1979, destinado a liberar al pueblo oprimido de Asia occidental de la influencia estadounidense. La próxima administración debe continuar con la política de "mirar hacia el Este" y comprender que Irán no puede vincular su futuro a las sanciones estadounidenses. Contra lo que los estadounidenses quieren para el Sur Global, está en nuestras manos proteger la soberanía y la dignidad no sólo de Irán, sino también de Asia Occidental y el Sur Global.
La política de "Mirar hacia el Este" es una alternativa muy necesaria para Asia occidental en su enfoque del orden global.