Human Rights Watch... Narrativas que no están a nivel de ser evidencias en ciencia forense... ¿Cuál es la historia?
Las llamadas evidencias de Human Rights Watch, las cuales exigen su uso en futuras investigaciones, son en realidad, entrevistas, fotografías y videos en las redes sociales sin el alcance de prueba en la ciencia penal y el derecho internacional, en especial con el desarrollo de la inteligencia artificial.
La organización Human Rights Watch publicó un informe titulado “No puedo borrar toda esa sangre de mi mente”, el cual documenta las alegaciones de la comisión de lo que denominó “crímenes contra la humanidad y de guerra el 7 de octubre por organizaciones de la resistencia palestina lideradas por Hamas”, según reza el comunicado.
El texto tiene como base entrevistas con víctimas israelíes, informes de prensa de reporteros en los sitios después del aseguramiento por el ejército israelí, además de fotografías y videos publicados en sitios web y cuentas en las redes sociales.
No hay duda de que ese informe contenía muchas de las alegaciones y conclusiones formuladas por los elaboradores del informe con base en los datos recogidos, pero registramos las siguientes observaciones:
1- Pruebas y testigos
El exdirector ejecutivo de la organización (1993-2022), Kenneth Roth, afirmó en su cuenta en la plataforma X que Human Rights Watch publicó un importante documento sobre las atrocidades cometidas por Hamas el 7 de octubre, a pesar de que el gobierno israelí rechazó las repetidas solicitudes de la referida organzación no gubernamental de visitar kibutzim (comunas agrícolas israelíes) y otras comunidades atacadas.
Según la declaración, las informaciones llamada por Human Rights Watch “pruebas” son textos recogidos de declaraciones y entrevistas con “víctimas”, analistas políticos y periodistas israelíes, y fotografías y videos de las redes sociales, pero en realidad no hubo una inspección real de las pruebas sobre el terreno ni la comparación de los testimonios de los testigos con la realidad dentro de los asentamientos.
Lo anterior requiere que la organización esté altamente atenta de la capacidad de las declaraciones y entrevistas israelíes de constituir “pruebas” a la luz del estricto control sionista sobre todo lo que pueda ser revelado a investigaciones externas, teniendo en cuenta que la Comisión de Investigación Independiente de las Naciones Unidas confirmó que “Israel” obstruye los esfuerzos destinados a recopilar pruebas de las víctimas del ataque del 7 de octubre.
Durante el proceso de la recopilación de pruebas y la investigación, la jefa de la Comisión de Investigación de las Violaciones de Derechos Humanos en los Territorios Palestinos Ocupados, Navi Pillay, lamentó la decisión de la entidad sionista de no permitir a las personas dentro de "Israel" ofrecer su testimonio de manera directa.
2-Matar a civiles
El informe de Human Rights Watch dice que Hamas y las organizaciones palestinas mataron a un gran número de civiles en muchos lugares de ataque, y el mayor número de muertes ocurrió durante el festival de música “Supernova”, donde murieron al menos 364 civiles.
En este contexto, el informe de la organización oscureció las investigaciones realizadas en "Israel", pues la mayoría de los civiles en los asentamientos o en el concierto murieron por fuego del ejército israelí.
Human Rights Watch ignoró lo revelado por el periódico Haaretz y la investigación del comité de las Naciones Unidas de que el ejército israelí ordenó la activación del Protocolo Hannibal, el cual previó matar tanto al secuestrado como al secuestrador durante el ataque del pasado 7 de octubre.
Las investigaciones publicadas por Haaretz confirmaron que la mayoría de las víctimas murieron por fuego del ejército israelí, y el ejército ordenó impedir el regreso de cualquier coche a Gaza durante el ataque, sin importarle que ello pusiera en peligro la vida de los residentes de la envoltura de Gaza.
El informe de la Comisión Internacional Independiente de Investigación de las Naciones Unidas sobre los Territorios Palestinos Ocupados e “Israel” acusó al ejército israelí de utilizar varias veces el Protocolo Hannibal durante los ataques en Gaza para impedir que los combatientes de Hamas secuestraran a israelíes.
También confirmó el uso del Protocolo Hannibal en el lugar del concierto de Supernova, el 7 de octubre, cuando helicópteros israelíes abrieron fuego contra vehículos civiles y provocaron la muerte de israelíes.
3- Acusaciones de violación sexual
Human Rights Watch encontró “evidencias de actos de violencia sexual y de género cometidos por combatientes, incluida la desnudez forzada y la publicación de imágenes sexualizadas en las redes sociales sin consentimiento”, y pidió una investigación sobre la violación sexual.
Sabiendo que la organización reconoce en su informe que no pudo recopilar información verificable a través de entrevistas con víctimas o testigos de violación sexual durante el ataque del 7 de octubre, solicitó acceso a información sobre actos de violencia sexual y de género en poder del gobierno israelí, pero esta solicitud fue rechazada.
El documento vuelve a mencionar la visita realizada por la representante especial del Secretario General de las Naciones Unidas sobre la violencia sexual en los conflictos por invitación del gobierno israelí, durante la cual pidió una investigación ampliada, porque “hay motivos razonables para creer que ocurrió una violación sexual” basado en los testimonios de ciudadanos israelíes presentes en casos de violación.
Aunque el comité de Naciones Unidas llevó a cabo una amplia y profunda investigación sobre los crímenes ocurridos el 7 de octubre, incluidos delitos sexuales, confirmó la inexistencia de violaciones sexuales por parte de Hamas y las organizaciones palestinas, pero el informe de Human Rights Watch presentó el asunto como si hubiera ocurrido una violación y requierió una investigación y rendición de cuentas, a pesar de no haber evidencias.
4- Tortura y abuso de cadáveres
Human Rights Watch basó sus denuncias de tortura y mutilación de cadáveres en videos que circulan en las redes sociales, y señaló específicamente a la cuenta israelí South First Responders, donde el informe enumera como confirmación de tortura que un documentó fílmico verificado y publicado en el canal Telegram de South First Responders muestra a hombres vestidos con el lema de las Brigadas Al Qassam, quienes sacaron a un hombre de un refugio en una estación de autobuses cerca de Kissufim, y uno de ellos lo golpea de manera repetida con la culata de un rifle.
“Un segundo combatiente se acercó, portando una banda de plástico, y comenzó a patear al hombre dos veces en la cabeza antes de que otro lo pusiera de pie”, según el texto del informe.
En cuanto al abuso de los cuerpos, las “pruebas” de Human Rights Watch tuvo como base la cuenta de una chica “anónima” que tuiteó en inglés y publicaba videos en las redes sociales.
Al final, las llamadas evidencias de Human Rights Watch, las cuales exigen su uso en futuras investigaciones, fueron en realidad, entrevistas, fotografías y videos en las redes sociales sin el alcance de prueba en la ciencia penal y el derecho internacional, en especial con el desarrollo de la inteligencia artificial.
Los israelíes falsificaron los hechos y alegaron la existencia de fotografías de niños decapitados y posteriormente quemados.
En cuanto a las entrevistas, pudo confirmarse que las investigaciones de tribunales penales internacionales y los testimonios de las personas (los llaman testigos oculares) no fueron suficientes para condenar como lo demostraron los estudios académicos realizados por la Universidad de Oxford sobre testigos en tribunales internacionales, quienes probaron que más del 50 por ciento de esos testimonios eran falsos y que los testigos no estaban en la escena del crimen o no conocían el lugar donde ocurrieron los crímenes. En la mayoría de los casos eran “testigos que no vieron nada.