¡Vivir en las rocas aún es posible!
A las 7 maravillas del mundo se puede añadir una, menos conocida pero tan impresionante y misteriosa como las otras: se encuentra en el Sur de España, en la sierra de Cádiz, a unos 100 Km de Málaga, y se trata del singular pueblo “Setenil de las bodegas”.
Entre historia y arte, fue declarado Conjunto Histórico-Artístico: Setenil tiene una estructura única, utilizando el espacio existente en las rocas para construir sus casas, unas abajo, otras sobre éstas, con una disposición particular adaptada al curso del rio, mostrando rincones mágicos como las calles de las Cuevas del Sol y las de las Cuevas de la Sombra.
¿Septem Nihil?
Este pueblo fue uno de los lugares más ocupado por los musulmanes. El nombre SETENIL es una combinación de dos palabras latinas: Septem Nihil= siete veces nada.
Siete veces que los cristianos intentan arrebatar el control de la ciudad a los musulmanes. intentos fallidos hasta el 21 de septiembre de 1484, cuando cae en manos de los Reyes Católicos.
El apellido Las bodegas se añade más tarde con el cultivo del vino. Una excelente producción que llega a su fin en 1860 como consecuencia de la plaga de la filoxera que destruye las cepas.
¡Una visita imprescindible!
Con su pasado marcado por el período andalusí, una artesanía y una gastronomía espectaculares, Setenil de las Bodegas es “un pueblo que cada vez está atrayendo más turismo, mucho más de lo que imaginas” como lo afirma el guía Álvaro Peral.
“El principal atractivo son las casas y calles-cuevas, además de su proximidad con Ronda. Por supuesto cuenta con legado neolítico, romano y árabe, como todos los pueblos blancos de la zona. De época árabe se conservan restos de la muralla y los de la alcazaba, además del trazado de las calles”.
Sin ninguna duda, Setenil representa uno de los grandes protagonistas de la ruta de los Pueblos Blancos de Cádiz. Su patrimonio es muy rico. Consta de la actual sede de la Oficina de Turismo, edificio construido en el siglo XVI, bello artesanado de tracería mudéjar, único en la provincia. Se completa con los restos del antiguo Alcázar, formado por un torreón y un aljibe, donde se recoge el agua de las lluvias para abastecer la fortaleza. Al lado, la Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, la Antigua Casa Consistorial y la Ermita de San Sebastián, primera construcción cristiana tras la reconquista, a finales del siglo XV.