La Rosa de Damasco…“más valiosa que el oro”
El cultivo de esta flor se extiende sobre la superficie del pueblo Halima, en las laderas de las montañas sirias Qalamoun.
La Rosa de Damasco es un símbolo botánico de la identidad siria, además de un perfume y una medicina; por eso, la gente del pueblo Al-Marah la describe como “más valiosa que el oro” y “más importante que el petróleo”.
Esta flor nace de un arbusto informal, espinoso, de crecimiento vertical, que puede llegar a dos metros de altura. Sus tallos están densamente poblados. Las hojas sin brillo y coriáceas resultan pinnadas, con cinco (raramente siete) folíolos.
Según narran las historias, la rosa se conoció hace miles de años en Siria y El Levante, desde donde fue transmitida al mundo por los antiguos griegos, romanos y egipcios.
Actualmente, los campos de Rosa Damascena se extienden sobre una superficie de dos mil dunums (200 hectáreas) en el pueblo Halima, en las laderas de las montañas sirias Qalamoun, que es el lugar original de su cultivo, antes llamado Qaldoun” y hoy “Al-Marah”.
Los libros contienen muchos relatos de reyes con la Rosa de Damasco, pues se considera uno de los emblemas de la familia real británica. Se dice que, cuando Saladino liberó Jerusalén, trajo 500 camellos cargados con agua de rosas para purificarla de los invasores.
Además, los textos mencionan que la ciudad Grasse, la capital mundial del perfume, cuyos campos ocupan kilómetros en el sur de Francia, es famosa por los cultivos de la flor que los europeos llevaron de Siria a Europa, conocida en francés como "La Rose de Damas", es decir, la Rosa de Damasco.
Algunos de los laboratorios “Fragonard”, “Gallimard” y “Molinar” se dedican a probar los aceites esenciales de esta planta, que hoy día resulta la materia prima básica del perfume Chanel 5.
La Rosa de Damasco también se menciona en diversos escritos clásicos, entre los que destacan La Ilíada y La Odisea, hasta el punto de que Shakespeare, cuando quiso describir la belleza de una mujer, dijo: "Ella es tan hermosa como la Rosa de Damasco".
Temporada de cosecha
Durante la temporada de recolección (entre el 25 de abril y el 25 de mayo), hombres, mujeres y niños del pueblo Al-Marah salen de sus casas poco antes del amanecer y comienzan la jornada de recolección de flores. Cosechar desde temprano les permite conservar las gotas de rocío y procesar un aceite esencial de gran calidad.
Tras recolectar las rosas pequeñas que aún no han florecido, o “botones”, la gente trabaja en su secado, las esparce al aire libre y permiten que los rayos del sol las iluminen; luego, vuelven a recolectarlas en el momento apropiado.
Cada tres kilos y medio de rosas se extrae un kilo de rosas secas, que los pobladores venden en los mercados, especialmente, en las antiguas tiendas Al-Buzuriya, en Damasco, llamadas también de “infusiones”, que son útiles para tratar resfriados y fortalecer la inmunidad.
Las mujeres también elaboran jarabes, mermeladas, especias y cremas cosméticas a partir de rosas con recetas especiales que se mantienen desde hace muchos años.
Algunos extraen el agua a través de un aparato llamado “Al-Karakah”, que permite destilar un litro de agua concentrada. Esta se utiliza como medicamento con propiedades beneficiosas para la piel, y también para la fabricación de dulces orientales que le han dado gran fama a Siria.
Además, los vecinos extraen el aceite de rosa, considerado el producto más caro y también el más difícil, pues un kilogramo necesita al menos una tonelada de pétalos de rosa.
Festival de la Rosa de Damasco
La Rosa de Damasco y sus artesanías tradicionales asociadas integraron la Lista Representativa del Patrimonio Humano Inmaterial de la UNESCO en 2019.
Desde entonces se ha elaborado un plan nacional para preservar la Rosa de Damasco, que forma parte de la identidad siria, y sus épocas de cosecha, con la participación de la gente de las zonas donde se cultiva.
El plan incluye la realización de una fiesta local todos los años con motivo de las temporadas de recolección, en la que participa la población, y se acompaña con cantos y bailes folclóricos. La celebración se ha convertido en un ritual social que la gente del pueblo y los amantes de las rosas esperan ansiosamente.
Sin embargo, la Rosa de Damasco ha sufrido las consecuencias de la guerra en Siria. Durante los últimos años, muchos agricultores se vieron obligados a abandonar sus tierras como resultado de las operaciones militares en la región de Qalamoun, y la superficie sembrada disminuyó.
A pesar de todas estas dificultades, la gente de Al-Marah trata de preservar su rosa, que se ha convertido en un patrimonio histórico para ellos, pues desde antaño trabajaron para cultivarla en diferentes regiones y transmitir su experiencia a todos los sirios.