El intento golpista en Brasil dejó graves daños patrimoniales
Los manifestantes perforaron por seis lados un lienzo de Di Cavalcanti, destruyeron un vitral de la artista Marianne Peretti y ultrajaron otras obras de gran valor.
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El intento golpista en Brasil dejó graves daños patrimoniales. Foto: Tribunal Supremo Federal.
Los protagonistas del intento de golpe de estado en Brasil dañaron parte del patrimonio cultural en los edificios del Congreso Nacional, el Tribunal Supremo Federal y el Palacio del Planalto diseñados por el célebre arquitecto Oscar Niemeyer.
Varios atacantes rompieron la vidriera Araguaia, una obra de la artista Marianne Peretti expuesta en el Salón Verde de la Cámara de Diptados, al lado del hemiciclo.
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En el Palacio de Planalto, sede presidencial, los manifestantes perforaron por seis lados el cuadro de Las mulatas, del pintor Di Cavalcanti.
Además, destruyeron otras piezas en el gabinete del ministro de la Secretaría de la Comunicación, Paulo Pimenta, y en la sala de la primera dama, Rosângela Silva, más conocida como Janja.
A escultura 'Bailarina' (1920) de Victor Brecheret foi furtada da Câmara dos Deputados. Já o quadro 'Mulatas' de Di Cavalcanti foi rasgado.
— Nanda Xie (@nandaxxie) January 8, 2023
Os danos não foram divulgados, mas são astronômicos. Destruíram n só parte da história, arquitetura ou arte, mas também parte da democracia pic.twitter.com/ycpkFrPqEL
De igual forma, en el Supremo Tribunal destrozaron la silla de la presidenta Rosa Weber, concebida por el arquitecto polaco Jorge Zalszupin, y pintaron la escultura Justicia, del reconocido diseñador brasileño Alfredo Ceschiatti.
Construida en el centro del país entre 1956 y 1960, Brasilia es un hito de gran importancia en la historia del urbanismo.
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El propósito de sus creadores, Lucio Costa y Oscar Niemeyer, fue reflejar un concepto armonioso, desde el trazado de los barrios administrativos y residenciales –comparado a menudo con la silueta de un pájaro– hasta la simetría de las construcciones.
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En el registro de Patrimonio en la UNESCO aparecen como criterios de su protección, la integración en el medio tropical, el valor artístico de la obra y el ser un exponente de grandiosas dimensiones del movimiento Modernista.
Tras la violencia desatada en la ciudad, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva expresó que “quienquiera que haya hecho esto será encontrado y castigado. La democracia garantiza el derecho a la libre expresión, pero también exige que se respeten las instituciones. No hay precedentes en la historia del país de lo que han hecho hoy. Por eso deben ser castigados”.
