Cuba y los niños de Chernóbil
Los primeros 139 niños de Chernóbil llegaron a Cuba el 29 de marzo de 1990 y los recibió el líder de la Revolución, Fidel Castro.
Hace 33 años, Cuba envió un equipo médico para evaluar las secuelas sanitarias del accidente nuclear en Chernóbil, Ucrania, y luego atendió a 26 mil personas enfermas, recordó el periódico mexicano La Jornada.
El escrito, firmado por la investigadora de Massachusetts Tanalís Padilla, rememoró que mientras algunos países enviaron ayuda técnica para contener y sellar el reactor, la Isla devolvió las esperanzas a miles de niños.
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— Al Mayadeen Español (@almayadeen_es) April 28, 2023
La nación caribeña acogió a los pacientes desde 1990 hasta 2011 y solventó los gastos sanitarios, de comida y vivienda, añadió la publicación.
Los primeros 139 pequeños de Chernóbil llegaron a La Habana el 29 de marzo de 1990 y los recibió el líder de la Revolución, Fidel Castro.
Las autoridades escogieron a Tarará, localidad a 20 kilómetros de la urbe capitalina, como el local ideal para atender a los infantes.
Además de tener dos hospitales y una clínica, el campamento contaba con comedor, espacios recreativos y culturales, escuela, teatro y parques.
"No era como estar en un hospital, hasta los más enfermos lo pasaban bien", recordó Roman Gerus, quien estuvo de niño en el centro.
Todos recibieron atención bajo la lógica integral del sistema médico nacional, cuyos equipos incluían pediatras, oncólogos, siquiatras y dentistas.
Esta iniciativa, caracterizada como el programa humanitario más largo en la historia, trascurrió durante uno de los momentos más difíciles para la mayor de las Antillas.
La desintegración de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas a principios de la década de 1990 eliminó su principal socio comercial y la economía sufrió una brutal contracción.
Cuando el historiador John Kirk preguntó al director de Tarará cómo su país ofreció ayuda en momentos tan difíciles, él respondió: "Son niños, niños muy enfermos. ¿Cómo íbamos a no tratarlos?".
Fue, como tantas otras iniciativas del gobierno revolucionario cubano, una inigualable globalización de la solidaridad.