Violencia represiva en Irak aumenta y con ella las protestas antigubernamentales
Los reportes de este miércoles dan cuenta de plantones en calles y avenidas capitalinas y en las ciudades sureñas de Kut, Nasiriya y Diwaniya.
La creciente cifra de muertos en Bagdad y en todo el sur de Irak por la represión policial, solo airaron más las protestas antigubernamentales reanudadas el 25 de octubre último, tras una pausa por observancia religiosa.
Los reportes de este miércoles dan cuenta de plantones en calles y avenidas capitalinas y en las ciudades sureñas de Kut, Nasiriya y Diwaniya.
Las autoridades cortaron Internet a medianoche, lo reconectaron el martes para de nuevo suspender el servicio, aunque en los manifestantes esa medida no hizo mella y siguieron adelante en las protestas.
'Ya cortaron Internet una vez, y hacerlo de nuevo no hará nada', dijo Ammar, de 41 años de edad, quien pernoctó para mantener cerrado el puente capitalino de Tahrir.
La organización no gubernamental NetBlocks describió el apagón cibernauta como la restricción de telecomunicaciones más severa desde el 1 de octubre pasado.
En los dos últimos días, aumentó la intensidad de los choques entre manifestantes y fuerzas de seguridad, pues estas últimas recurrieron a munición real y como resultado hubo cuatro muertos en una concentración frente al consulado iraní en la ciudad sacra de Karbala.
También se registraron dos occisos en el meridional centro urbano de Nasiriya, acribillados por los disparos de los gendarmes y otros dos en el puerto sureño de Umm Qasr, cuando la policía intentó despejar el camino bloqueado por los manifestantes.
Según cifras extraoficiales, la violencia represiva cobró la vida a más de 270 personas desde que comenzaron las protestas el 1 de octubre pasado.
Irak vive desde 2003 en una situación insostenible a causa de la invasión y ocupación de una alianza liderada por Estados Unidos que derrocó al presidente Saddam Hussein.
Consejo de Ministros de Irak ofrece un nuevo paquete de reformas
El Consejo de Ministros de Irak ofrece un nuevo paquete de reformas en el marco de la determinación de Bagdad a responder a las demandas de los manifestantes.
Se trata de las medidas adoptadas el martes en una reunión semanal del Gabinete iraquí, entre las cuales destaca la decisión de aceptar algunas demandas de los manifestantes iraquíes, que, desde el 1 de octubre, salen a las calles para protestar en contra de la corrupción, del paro y de los ineficaces servicios básicos.
“El Consejo (de Ministros) decidió otorgar al ministro de Petróleo el poder de utilizar a los graduados de institutos y facultades relacionados con el petróleo en 2018 y 2019 y nombrar tales institutos como entes adjuntos”, comunicó la oficina del primer ministro de Irak, Adel Abdul-Mahdi.
El Gabinete de Abdul-Mahdi expresó, además, que ha convenido reducir los aranceles a los gránulos de plástico para proyectos industriales registrados en la Dirección General de Desarrollo Industrial del país.
Asimismo, el Gobierno iraquí decidió otorgar al Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales la autoridad de jubilar a 1000 personas para 2020.
A finales de octubre, el Parlamento iraquí había aprobado otra serie de reformas, entre ellas la revocación de privilegios para los tres jefes políticos, el presidente, el primer ministro y el jefe del Parlamento, así como para varios políticos de alto rango del país.
Además de esas reformas, el presidente de Irak, Barham Saleh, informó de un acuerdo político para celebrar comicios anticipados y ha anunciado que Abdul-Mahdi está dispuesto a dimitir si los bloques en el Parlamento se ponen de acuerdo sobre un sustituto.
En un discurso ofrecido durante la sesión del Gabinete, Abdul-Mahdi, tras destacar la “dirección correcta” en la que se han encauzado las recientes protestas en Irak, aseguró que las marchas han puesto de relieve los errores que se han cometido en el país desde 2003.
El premier iraquí urgió a llevar a cabo una reforma constitucional en el país árabe, la cual “podría cambiar la naturaleza del sistema político”.
Abdul-Mahdi reiteró que Bagdad reconoce el derecho a la protesta pacífica de los manifestantes, si bien ha denunciado que algunos insurgentes, que se infiltran en las marchas para desatar actos violentos, utilizan a los manifestantes como “escudos humanos para sus actos de sabotaje”, acciones dirigidas por actores, como EEUU e (Israel), conforme delatan varios responsables del país.
Por otro lado, el premier iraquí hizo hincapié en que no se logrará nada con la renuncia del Gobierno si no hay una alternativa viable, y advertido de las consecuencias de un vacío de poder en el país.
A partir de esa fecha, afloraron males como la corrupción, el robo, el sectarismo y de paso la falta de atención médica, de prestaciones básicas como agua y electricidad y empleo.