El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) resultó la fuerza más votada en las elecciones generales celebradas en este domingo en el país europeo,mientras la extrema derecha escaló de manera notable sus curules en el Parlamento.

Aunque lejos de la mayoría absoluta para gobernar en solitario, como era su pretensión, el PSOE, agrupación del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, consiguió 120 de los 350 escaños del Congreso de los Diputados, tres representantes menos de los obtenidos en los comicios del pasado 28 de abril.

La otra formación tradicional de España, el conservador Partido Popular (PP), se situó en la segunda posición con 68 bancas en la Cámara Baja, frente a las 66 logradas en las legislativas de hace seis meses.

El tercer puesto correspondió al partido de extrema derecha Vox, que, tras capitalizar el conflicto secesionista en Cataluña, protagonizó una espectacular subida con 52 asientos, 28 más de los conquistados en abril, cuando debutó en el Parlamento.

 

Con 35 diputados, la alianza izquierdista Unidas Podemos (UP) conservó su peso parlamentario al apenas perder siete escaños, mientras que los liberales de Ciudadanos, se desplomaron de la tercera a la sexta posición al pasar de 57 a 10 sillones en el Congreso.

Los partidos independentistas catalanes y nacionalistas vascos, cruciales a la hora de sumar los apoyos necesarios para la formación de un Gobierno, salieron reforzados con unos 35 representantes en la cámara encargada de designar al futuro mandatario del país.

 

A juzgar por estos resultados, ninguno de los dos bloques ideológicos (derecha e izquierda) obtiene la mayoría absoluta, fijada en 176 de los 350 escaños del Congreso, por lo que requerirían del respaldo de otros partidos para desbloquear la gobernabilidad.

El gobernante interino y líder del PSOE convocó a estas elecciones -las cuartas en cuatro años- tras rechazar la propuesta de Unidas Podemos de constituir un ejecutivo de coalición, pues su aspiración siempre fue gobernar en solitario.