Estados Unidos: en Elecciones
Con la apertura de los primeros colegios electorales en la costa este, Estados Unidos ha dado el pistoletazo de salida a las elecciones que decidirán por la continuidad de Donald Trump en la Casa Blanca o su relevo por el demócrata Joe Biden.
Estados Unidos llega a las elecciones nacionales para la presidencia en medio de una coyuntura sin precedentes: con la peor crisis de salud pública en un siglo, la peor crisis económica desde la Gran Depresión, el estallido de algunos de los movimientos de protesta sociales más grandes de la historia y con un presidente minando la legitimidad de los comicios e incluso amenazando con no respetar los resultados si estos no lo favorecen.
Aspectos a tener en cuenta sobre las Elecciones:
- No hay voto directo para presidente, por lo que un candidato puede estar ganando el voto popular pero no necesariamente la elección, ya que eso se determina por el Colegio Electoral. (Para alcanzar o superar los 270 votos electorales necesarios, se tiene que ganar una combinación de estados y con ello sus electores).
- La elección nacional es en realidad 50 elecciones estatales simultáneas, y cada entidad tiene sus propias reglas y horarios. Por lo tanto, las casillas cierran en diferentes tiempos y el proceso de conteo también tiene variaciones con lo cual no es posible pronosticar esta vez a qué hora se darán a conocer datos preliminares o tendencias.
- Si Donald Trump declara que ganó la noche de este martes, será otra mentira más para agregar a las más de 20 mil que ha dicho desde que llegó a la Casa Blanca. Ni el presidente ni su contrincante el demócrata Joe Biden pueden declarar al ganador oficial de la contienda.
Un número récord de más de 96 millones de votos ya han sido emitidos de manera anticipada.
Es probable, que Trump decida proclamar victoria con el conteo preliminar de los votos presenciales depositados en casillas el martes, antes de que se cuente el volumen sin precedente de más de 90 millones de votos por correo o adelantados, con el fin de cambiar las tendencias de manera significativa.
El resultado oficial solo se da al finalizar el conteo oficial de los votos, algo que podría alargarse por días en algunos estados, y hasta más si hay disputas legales ante tribunales sobre el proceso del conteo.
Lo que se anunciará la noche del martes al cerrar casillas en diversos estados, son sólo algunas proyecciones, aunque generalmente los principales medios suelen tener suficiente evidencia para proyectar un ganador la misma noche del martes.
En esta elección nacional están en juego la presidencia, todas las 435 curules de la cámara baja del Congreso y un poco más de un tercio (35 curules) del Senado. Así como 11 gubernaturas estatales.
Más allá del enfoque principal sobre quién ocupará la Casa Blanca, es de suma importancia para quien sea el próximo presidente como para el futuro político del país quién controlará las dos cámaras del Congreso.
Si hay un cambio en el control del Senado, eso tendrá implicaciones sísmicas en Washington. Por ahora, el Senado está bajo control de la mayoría republicana donde gozan un margen de 53-47, pero las encuestas indican que hay buenas posibilidades para que los demócratas reconquisten la cámara alta. Necesitan un avance neto de cuatro curules, algo que está dentro de las posibilidades.
La cámara baja tiene una mayoría demócrata de 232, y por ahora se supone que no sólo mantendrán el control sino que se ampliará.
Si ambas cámaras quedan bajo el dominio demócrata, eso tendrá enormes implicaciones políticas llegue quien llegue a la Casa Blanca, y aún más si gana Biden.
El presidente Donald Trump ha sugerido reiteradamente que un resultado más lento de lo normal es un indicio de problemas: “Creo que es terrible que no podamos conocer los resultados de una elección la noche de la elección”, dijo el mandatario el domingo.
“Creo que es algo terrible cuando se permite a los estados tabular las papeletas durante un largo tiempo después de que terminan las elecciones”.
Pero, ¿por qué el conteo podría demorar más de lo habitual?
El factor más importante que puede volver lentas las cosas este año es claro: millones de estadounidenses decidieron votar por correo en vez de arriesgarse a contraer el coronavirus en un centro de votación. Y, en general, los votos postales tardan más en contarse.
Los trabajadores electorales deben sacar las boletas de sus sobres, verificar si hay errores, clasificarlas y aplanarlas, todo antes de que puedan pasar por los escáneres en el momento en que las urnas cierran y se tabulan.
Mira cómo recogen el voto depositado por correo #Elecciones2020 #EstadosUnidosDecide @teleSURtv pic.twitter.com/Izn1mvhLFs
— Aissa García García (@AissateleSUR) November 3, 2020
En los estados con programas de voto por correo bien establecidos, este procesamiento se realiza semanas antes del día de las elecciones. Los resultados a menudo se publican rápidamente.
Pero varios estados no tenían este sistema en vigor antes de este año y las leyes en los libros prohibían a los funcionarios electorales procesar las boletas mucho antes del día de las elecciones. Sin una ventaja inicial, prácticamente no hay forma de procesar y contar todos los votos por correo el día de las elecciones, y al mismo tiempo contar todos los sufragios emitidos en persona.
Hay tres campos de batalla importantes con restricciones sobre cuándo se puede procesar el voto por correo: Michigan, Pennsylvania y Wisconsin.
En esos estados, las legislaturas, donde los republicanos son mayoría, se han resistido a las súplicas de los funcionarios electorales para actualizar las leyes para permitir un conteo más rápido. En cambio, inicialmente informarán los votos en persona, que se espera que favorezcan en gran medida a Trump, y luego actualizarán gradualmente con las boletas por correo, más de tendencia demócrata.
Aunque no todos los estados son estados de conteo lento. Entonces, si varios estados clave publican sus resultados con prontitud, un candidato puede tener la mayoría de los votos electorales, incluso sin saber quién ganó en Wisconsin, Pensilvania o Michigan. Eso se vuelve más probable si las contiendas en esos estados no están cerradas. Es un escenario que pone muchos ojos en Florida (que permite que sus oficinas electorales procesen las boletas por correo 22 días antes de la elección y, a menos que surja otra cosa, podría haber un conteo casi completo para la medianoche).
Si Trump pierde Florida, le será muy difícil alcanzar los 270 votos electorales que necesita para derrotar al exvicepresidente Joe Biden y mantenerse en la Casa Blanca.
Otros dos campos de batalla del sur, Carolina del Norte y Georgia (estados críticos para Trump), también pueden comenzar a procesar antes las boletas por correo; Iowa y Ohio )Trump los ganó en 2016, pero Biden es competitivo allí), también permiten el procesamiento temprano de las boletas por correo.
El día ha llegado
Con la apertura de los primeros colegios electorales en la costa este, Estados Unidos ha dado el pistoletazo de salida a las elecciones que decidirán por la continuidad de Donald Trump en la Casa Blanca o su relevo por el demócrata Joe Biden.
Hasta este lunes, ya habían votado más de 95 millones de estadounidenses, más del 68% de los que votaron en total en 2016.
Si la tendencia se confirma en la jornada presencial que acaba de iniciar, es posible esperar un récord de participación.
Trump ha preparado el terreno para cuestionar el recuento de votos, si este no le es favorable. En este sentido, un juez en Texas ha rechazado el lunes la petición de los republicanos para desechar 127.000 votos anticipados. Joe Biden, en tanto, ha iniciado el día en Twitter, con un llamado a todos los estadounidenses a votar.
It’s Election Day. Go vote, America!
— Joe Biden (@JoeBiden) November 3, 2020
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