El presidente Joe Biden aún planea reanudar los pagos de los préstamos escolares federales en mayo, quedándose corto en su promesa de campaña de condonar al menos diez mil dólares de deuda. 

Mientras la pandemia entra en su tercer año y la Casa Blanca sufre una hemorragia de apoyos entre los jóvenes, los progresistas, así como los defensores de la condonación de la deuda, advierten que la inacción ante la crisis de la deuda estudiantil perjudicará casi con toda seguridad a los demócratas en las elecciones de mitad de mandato de este año.

La negativa de Biden a aplicar una modesta condonación de la deuda también se produce en un momento en el que los precios están subiendo y las prestaciones federales relacionadas con la pandemia se están eliminando progresivamente, lo que supone una mayor carga para los pobres y la clase trabajadora. 

Después de enfrentarse a las reacciones negativas por no ampliar más la moratoria de los pagos de los préstamos estudiantiles, promulgada por primera vez bajo la administración de Trump cuando la pandemia comenzó hace dos años, la administración de Biden revirtió su posición el mes pasado y anunció una extensión de 90 días de la moratoria, citando la variante de ómicron como la razón principal para el cambio.

"Cuanto más tiempo haya una pausa, más difícil es justificar la necesidad de cobrar estos pagos cuando la gente no puede pagar y, por desgracia, no parece que la situación financiera de la gente vaya a mejorar en los próximos meses", dijo a The Nation Braxton Brewington, portavoz del Colectivo de la Deuda, un sindicato nacional de titulares de deudas.

Brewington calificó la promesa incumplida de Biden como un "golpe en las tripas", diciendo que el presidente ha dado la espalda a muchos de los grupos que conforman su base política. 

En el último año, Biden se ha negado a utilizar su poder ejecutivo para acabar con la deuda estudiantil que pesa sobre unos 45 millones de estadounidenses, a pesar de la creciente presión del ala progresista de su partido, así como de algunas figuras del establishment, como el líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer. 

En su lugar, la administración ha estado dando vueltas al asunto con el Congreso, al tiempo que engañaba al público sobre si el presidente tenía siquiera la autoridad para actuar.

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Recientes encuestas muestran que el apoyo a Biden entre los jóvenes estadounidenses ha descendido significativamente desde el inicio de su mandato. Según el análisis de The Economist de las encuestas realizadas con YouGov en diciembre, una media del 29 por ciento de los menores de 30 años aprueba el trabajo de Biden como presidente, frente al 50 por ciento que lo desaprueba, la peor caída de todos los grupos de edad. 

Alrededor de un tercio de los adultos menores de 30 años tiene una deuda pendiente de préstamos estudiantiles, según el Pew Research Center. La deuda de los préstamos estudiantiles también pesa desproporcionadamente sobre las personas de color, en particular las mujeres negras, un bloque de votos que fue crucial para asegurar la victoria de Biden sobre el ex presidente Donald Trump.

Los legisladores demócratas, incluyendo la representante Alexandria Ocasio-Cortez y la senadora Warren, aplaudieron la reciente decisión de la administración de extender la pausa en los pagos, pero insisten en que la administración de Biden puede y debe ir más allá. 

A diferencia de una serie de otras cuestiones políticas, el alivio de la deuda estudiantil no necesita ser impulsado a través de un Congreso estrechamente controlado. Puede abordarse con un simple movimiento de la pluma de Biden.

Schumer y Warren siguen pidiendo a Biden que cancele hasta 50 mil dólares de la deuda federal por préstamos estudiantiles y también han copatrocinado un proyecto de ley para hacerlo. Durante una reunión de la CNN a principios de año, Biden dejó clara su postura al respecto: "No voy a hacer que eso ocurra", dijo sobre la demanda de los senadores. 

Y al anunciar la pausa de 90 días en los pagos de los préstamos estudiantiles, Biden instó a los prestatarios a "hacer su parte también" y a utilizar el tiempo para prepararse para la reanudación de los pagos, incluyendo la búsqueda de "opciones para reducir sus pagos a través de planes de amortización basados en los ingresos."

"Si el Congreso le envía un proyecto de ley, estará encantado de firmarlo", dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, durante una rueda de prensa a mediados de diciembre, esquivando una pregunta sobre la promesa de Biden de cancelar diez mil dólares por persona. "Todavía no le han enviado una factura al respecto".

Mientras tanto, grupos como el Colectivo de la Deuda están elaborando estrategias para aumentar la presión sobre el gobierno de Biden. Ampliar la pausa en los pagos de los préstamos estudiantiles era la "opción sensata obvia", dijo Brewington, pero sin nada de eso en el horizonte, van a utilizar este tiempo para intensificar sus tácticas. 

El sindicato de deudores tiene previsto realizar acciones y protestas en persona en los próximos meses, pero también está contemplando la posibilidad de lanzar una huelga de deuda. Puede que Biden consiga su deseo de que los deudores "pongan de su parte", aunque no la que esperaba.