Intereses mercantilistas de EE.UU. detrás de sanciones a Rusia
La presión para sancionar a Rusia por el gasoducto Nord Stream II es una peligrosa aventura de mercantilismo a costa de la cooperación internacional y no tiene nada que ver con la seguridad, según un informe del sitio www.theamericanconservative.com
El informe suscrito por Rand Paul, senador junior de los Estados Unidos por Kentucky señala que el Departamento del Tesoro administra actualmente docenas de programas de sanción diseñados para cambiar el comportamiento de ciertos países.
Y, sin embargo, nadie parece plantearse las preguntas: ¿Las sanciones promueven la paz y el entendimiento o intensifican las tensiones entre las naciones? ¿Qué comportamiento ha modificado China desde que Estados Unidos inició las sanciones? ¿Ha cambiado Rusia su comportamiento? ¿Ha devuelto Rusia a Crimea?, señala Paul.
Las sanciones, aunque carecen de pruebas de eficacia, son muy populares entre ambas partes. Los embargos, el hermano mayor de las sanciones, también suscitan un entusiasmo bipartidista. El bloqueo de Estados Unidos a Cuba ha durado ya más de 60 años sin ninguna prueba de un cambio de régimen o incluso de un cambio en la política del régimen, puntualizó en relación con la ilegal medida contra el pueblo cubano.
Los embargos son a menudo descritos, especialmente por el país que los sufre, como un acto de guerra. Muchos historiadores afirman que el embargo de Estados Unidos de 1807 acabó provocando la Guerra de 1812. El del presidente Jefferson pretendía castigar a Francia e Inglaterra por sus agresiones en el mar, pero en lugar de ello, paralizó las exportaciones marítimas estadounidenses, las cuales se redujeron en un 75 por ciento junto con las importaciones, ejemplificó.
Algunos historiadores también culpan al embargo de Estados Unidos a Japón en 1941 de la guerra posterior. Franklin Roosevelt confiscó todos los activos de Japón y este país perdió el acceso a la gran mayoría de su comercio internacional y a más del 80 por ciento de su petróleo importado. Efectivamente, al menos desde la perspectiva de Japón, el embargo fue un acto de guerra.
Sin embargo, subrayó los entusiastas de los embargos y las sanciones siguen clamando por más. Los especialistas señalan a las sanciones internacionales contra Irán como la palanca que propició el acuerdo nuclear con Teherán de la era Obama, algo alejado de la realidad.
Tal vez. Pero también se puede argumentar que fue la extensión de las zanahorias en lugar de los palos lo que llevó a Irán a la mesa. Es curioso cómo la diplomacia parece requerir dar y recibir y no sólo tomar, tomar, tomar., puntualizó Paul.
Nuestra interacción con Irán debería iluminar el debate actual sobre las sanciones al gasoducto Nord Stream II de Rusia a Alemania. Pero, la sombra del mercantilismo está oscureciendo la luz de la experiencia. Los opositores al mismo, como es lógico, proceden en su mayoría de Estados que compiten en la venta de gas natural. Reconocer que este debate sólo tiene que ver superficialmente con la seguridad nacional y que en realidad tiene que ver más con el proteccionismo provincial nos ayuda a entender mejor la dinámica, remarcó el político estadounidense.
Durante la última década, el Congreso y los presidentes han amontonado sanciones contra Rusia y China. Cuando he pedido a los funcionarios del Departamento de Estado que revelen qué cambios de comportamiento se han producido como resultado de las sanciones, sólo he obtenido miradas vacías. Ahora quieren sancionar un oleoducto ya terminado. ¿Pero qué comportamiento le piden a Rusia que cambie? ¿Qué es lo que se le pide específicamente? ¿Qué acción es necesaria para que las sanciones terminen?, argumentó.
Si las sanciones del Nord Stream II fueran realmente para cambiar la política rusa, entonces la OTAN, incluida Alemania, podría amenazar con sanciones si Rusia invade Ucrania, esa amenaza de sanciones podría tener realmente un valor disuasorio, estimó.
Pero, puntualizó, a medida que se desarrolla el debate de hoy, creo que descubrirán que las sanciones contra el gasoducto tienen más que ver con el mercantilismo y el proteccionismo que con la seguridad nacional.
En esa línea, Estados Unidos está considerado el mayor sancionador del mundo y en eso basa su política exterior.