Primeros 100 días de Lula en Brasil por la reconstrucción y la unión
El presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, celebró los primeros tres meses de su tercer mandato.
Desde el 1 de enero, cuando Lula Da Silva asumió por tercera ocasión la dirección del país, trabajó por la reconstrucción y la unión de Brasil, aseguró el propio mandatario al arribar a los primeros 100 días de su gestión.
En el artículo Brasil volvió, publicado en el diario Correio Braziliense, el presidente relató los programas sociales lanzados o vueltos a llevar al pueblo durante estos primeros tres meses.
Uno de ellos, Bolsa Familia, forma parte de las iniciativas emblemáticas de los primeros gobiernos de Lula. A través de esta medida, más de 20 millones de familias reciben en promedio 750 reales mensuales (144 dólares).
También se refirió al Programa de Adquisición de Alimentos, a través del cual el gobierno compra la cosecha de pequeños productores agrícolas para entregarla a personas en situación inseguridad alimentaria.
Igualmente, los núcleos con hijos de hasta seis años reciben ahora un extra de 150 reales (30 dólares), los cuales se suman al base de 600 reales del plan social.
Creado en 2003 durante su primer mandato, el esquema tiene como objetivo romper el ciclo generacional de la penuria a corto y largo plazo a través de transferencias para ingresos, educación, y salud.
Asimismo, en este período Lula firmó la medida provisional para retomar Mi Casa, Mi Vida, plan de entrega de viviendas a segmentos necesitados y así reducir el déficit habitacional en el país.
También retomó su emblemático proyecto Más Médicos, ahora denominado Más Salud para Brasil. El plan prevé la apertura inicial de 15 mil nuevas plazas para profesionales del sector.
La nueva versión pretende extender las vacantes a 28 mil especialistas hasta el final de 2023, y priorizar a 96 millones de personas en la atención primaria por el Sistema Único de Salud, con enfoque en áreas de extrema pobreza y comunidades tradicionales.
Brasil: Una sola nación
El líder izquierdista también comentó los disturbios del 8 de enero, cuando los partidarios del expresidente Jair Bolsonaro, aupados por esa ultraderecha negada a dejar el poder, asaltaron edificios gubernamentales en Brasilia e intentaron un fracasado golpe militar.
Lula se negó a desligar a esa parte del pueblo confiada por tercera vez en su gestión, de la otra que votó por otro candidato. “Somos una nación", sentenció el presidente.
Reconoció las elevadas tasas de intereses, las cuales dificultan el crecimiento económico, pero confía en el nuevo marco fiscal aprobado por el Congreso.
Según adelantó, Brasil lanzará pronto licitaciones de energía solar y eólica y no perderá la oportunidad de convertir al mayor país de América Latina en una potencia de hidrógeno verde.
Para el líder del Partido de los Trabajadores, gobernar es atender las urgencias mientras crea las bases para un futuro mejor.
Durante estos primeros 100 días su gestión priorizó lo urgente, partiendo de lo necesario para hacer lo posible, subrayó.
Para los mil 360 días venideros, su gobierno trabajará para reconstruir un país más desarrollado, justo y soberano, con paz, armonía y oportunidades para todos. “Brasil está de vuelta", finalizó.