Continúan las batallas y las manifestaciones en Sudán
Protestas en Khartum y el estado de Nilo Blanco contra las violaciones de las Fuerzas de Apoyo Rápido y los enfrentamientos con el Ejército de Sudán.
Decenas de ciudadanos salieron a las calles este viernes en Khartum, la capital de Sudán y en el estado del Nilo Blanco, al sureste, para manifestarse contra las violaciones de las Fuerzas de Apoyo Rápido, cuyos enfrentamientos con el Eejército continuaron a pesar de los acuerdos.
Según testigos presenciales, las protestas ocurrieron en las áreas de Kalakla, al sur de Khartum, y la calle Al-Wadi, al norte de Omdurman.
Otros confirmaron estallidos en Kosti, la ciudad más grande del estado del Nilo Blanco, a 350 km al sur de la capital.
Mediante las redes sociales, los sudaneses convocaron a la población a sacar a las Fuerzas de Apoyo Rápido de las casas que incautaron. La movilización fue promovida bajo el nombre de "Viernes de ira".
مسرب من جمعة الغضب🤭 pic.twitter.com/4nys4evVUX
— Zynab (@196__Z) June 23, 2023
Severas restricciones a la ayuda
El conflicto adquirió una dimensión étnica en la región de Darfur, habitada por tribus árabes y no árabes, advirtió la Organización de Naciones Unidas (ONU).
El miércoles anterior, la ONU confirmó la noticia sobre dos tercios de los establecimientos de salud fuera de servicio en las zonas de combate y significó el aumento de los riesgos de epidemias con la temporada de lluvias, iniciada este mes.
Alrededor de 11 millones de personas necesitan asistencia médica, anunció la organización, y expresó su preocupación por los intentos de controlar las epidemias de sarampión, malaria y dengue en curso.
Durante una reunión celebrada en Ginebra el lunes pasado, la comunidad internacional hizo el compromiso de proporcionar mil 500 millones de dólares en ayuda, la mitad de lo que necesitan las organizaciones humanitarias, según sus estimaciones de campo.
Pero las ONG todavía esperan poder operar, y el director para Sudán del Consejo Noruego para Refugiados, William Carter, comunicó que millones de personas no pueden recibir ayuda debido a las severas restricciones de acceso para los trabajadores humanitarios.
Según Médicos Sin Fronteras, las solicitudes presentadas a las autoridades son “retrasadas, rechazadas, canceladas o irrespetadas, los trabajadores humanitarios son golpeados o amenazados con violencia, y los envíos de ayuda son confiscados”.
Unos 25 millones de personas, más de la mitad de la población de Sudán, dependen de la ayuda externa en un país hundido en la destrucción y la violencia a una velocidad "sin precedentes", según Naciones Unidas.