Sudán vive constantes enfrentamientos y un sufrimiento creciente
Después de casi tres meses de crisis, Naciones Unidas indicó una importante escasez de fondos para el plan especial de respuesta humanitaria en el país.
El ejército de Sudán bombardeó objetivos de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) cerca de la zona de Al-Assal, al sur de la capital, Khartum, en una jornada marcada por el sonido de los sistemas de antiaéreos y el sobrevuelo de aviones de reconocimiento a la zona.
De acuerdo con el portavoz del ente castrense sudanés, general de brigada Nabil Abdullah, las fuerzas armadas combinan operaciones contra los rebeldes en Khartum, Khartum Norte y Omdurman.
La milicia rebelde mantiene su presencia en zonas residenciales y ejerce gravámenes a los ciudadanos que salen de la capital por los cruces y en otros casos los expulsa de sus casas como en el barrio de Shambat, en Khartum Norte, agregó el vocero.
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En respuesta, las FAR atacaron la ciudad de Bara en el estado de Kordofan del Norte, donde saquearon bancos e instalaciones gubernamentales.
Igualmente, acusaron al ejército de eludir cualquier propuesta para solucionar la crisis y trabajan para estabilizar el alto el fuego en Sudán.
En ese contexto, el Ministerio de Relaciones Exteriores anunció que la mediación de Arabia Saudita y Estados Unidos está pendiente del momento adecuado para reanudar las negociaciones entre las partes en conflicto desde el 15 de abril pasado.
Después de casi tres meses de crisis, Naciones Unidas indicó una importante escasez de fondos para el plan especial de respuesta humanitaria en el país.
Al respecto, el subsecretario general de Asuntos Humanitarios de la ONU, Martin Griffiths, describió la situación en Darfur como extremadamente peligrosa y refirió las dificultades que enfrenta la organización para entregar ayuda.
El conflicto provocó también un aumento alarmante de los casos de violación y secuestro de mujeres y niñas, algunas de tan solo 12 años, por parte de los combatientes armados, denunció la organización Save the Children.
Según las estadísticas, el conflicto desplazó hasta ahora a unas tres millones de personas, incluidas unas 700 mil que cruzaron las fronteras hacia países vecinos.