La Navidad nació en Palestina
La tierra donde comenzaron las enseñanzas del amor al prójimo vive desde 1948 bajo un yugo eurocéntrico.
Los pesebres están en todas partes: junto a los árboles de Navidad, al lado de los carteles de Feliz Año Nuevo o en la entrada de las iglesias. Los pesebres acunan con dulzura la imagen de Jesús.
No es más que un recipiente, dirían algunos. Es una tradición, afirmarían otros. Es una herencia nacida en las tierras de Palestina, asegurarían en el Levante.
Un legado trasmitido de generación en generación que recuerda el alumbramiento de María, en aquel corral de Belén, tal como señaló el Colectivo Unión Palestina de América Latina.
En su mensaje en honor a las Santas Fiestas, el grupo resaltó la importancia del arameo como lengua de Jesús, y enfatizó que el monoteísmo judío-cristiano-musulmán deriva de la herencia del ancestro árabe originado en Maaloula.
También subrayó que la tierra donde comenzaron las enseñanzas del amor al prójimo vive desde 1948 bajo el yugo eurocéntrico.
La mayoría de los colonos son europeos conversos a la religión judía, disfrazados de “hebreos” para ocultar su intento de dominio sobre Palestina.
“Es Navidad y nos habita un tormentoso dolor al ver a nuestros amados niños descuartizados, (…) bajo la crueldad del sionismo”, sentenció.
La milenaria Gaza, misteriosa tierra de faraones y místicos, hoy vive este sufrimiento con sus refinados mosaicos enterrados.
No hay abetos llenos de adornos ni decoraciones en sus calles. Tampoco hay turistas o peregrinos que paseen su espíritu de bendiciones por un lugar sagrado.
Más de 18 mil personas, entre ellos más de siete mil pequeños, murieron durante la operación militar de las fuerzas ocupantes en el enclave, según el ministerio de Salud de la Franja.
El sistema sanitario está al borde del colapso, sin apenas medicamentos, con hospitales saturados y médicos viviendo en tiendas de campaña improvisadas.
Quizás si Jesús volviera a nacer en nuestros días, lo haría bajo los escombros de una casa bombardeada y destruida por la maldad humana.