Rostros de la islamofobia, ¿por qué el odio?
Esta forma de racismo empeoró durante el último año, sobre todo tras el genocidio perpetrado por "Israel" en la Franja de Gaza.
Primero, hay una foto. O quizás muchas. En una de ellas tres jóvenes sonríen. Los jóvenes, que visten una kifuya de Palestina, miran a la cámara. Pero ya lo mencionábamos los jóvenes sonríen. Hay algo en esa foto (más allá de la kifuya, de la cámara) que nos dice que no será un encuentro cualquiera. Algo amenazaba sus vidas, aunque pocos lo entendieran.
Hay otras fotos. Una donde se preparan para la cena familiar en la casa de la abuela de uno de ellos en Vermont, Estados Unidos. Es el Día de Acción de Gracias de 2023 y es el último instante en que caminarán felices. Dentro unos minutos estarán en una sala de hospital, después de unos disparos en donde el centro del tiro al blanco serán ellos, muchachos víctimas, muchachos nacidos en Ramallah, muchachos que hablan en árabe.
Se conoce mucho: Que desde el inicio del genocidio perpetrado por “Israel” en la Franja de Gaza, los musulmanes de todo el mundo enfrentan una de las mayores olas de prejuicios documentadas en la Historia. Que uno de los estudiantes atacados el 23 de noviembre nunca más volverá a caminar y que sus dos amigos sufrieron traumas. Que en Reino Unido crímenes similares aumentaron un 140 por ciento. Y que esta sería, apenas, una cifra pequeña con respecto a los martirios provocados por el sionismo en el enclave levantino.
El verdadero nombre de cada cosa
Quedémonos con los horribles sucesos mencionados; con otros donde los sistemas gubernamentales de Occidente reprimieron manifestaciones a favor de Palestina. Según expertos, la islamofobia es el tipo de racismo que alimenta este tipo de crímenes en el sistema mundial.
En uno de sus artículos, el sociólogo puertorriqueño y profesor de la Universidad de California en Berkeley, Ramón Grosfoguel, explicó cómo ese fenómeno empeoró después del 11 de septiembre de 2011 al incitar la histeria de las élites imperialistas-sionistas dominantes en Estados Unidos, Europa e “Israel”.
Tras los ataques a las Torres Gemelas, los medios de comunicación sembraron el terror y validaron los crímenes cometidos por su ejército en Afganistán e Irak.
Curiosamente, la política exterior de Washington no mostró tampoco su responsabilidad en ese acontecimiento al financiar, apoyar y crear una red de grupos fundamentalistas terroristas.
Grosfoguel señaló que es sintomático en los países occidentales percibir a los árabes como si fueran “la mayoría musulmana en el mundo”, aunque solo constituyen una quinta parte de la mayoría.
Para argumentar su criterio, vinculó este enfoque con los planes imperiales para la dominación y la explotación del petróleo en el Mediterráneo Oriental.
Más allá de eso, señaló al cine hollywoodense, series y demás programas televisados, donde mostraron una representación exagerada de los habitantes de estas tierras como sujetos violentos, autoritarios y bárbaros.
No es casual que esa percepción ruda también la atribuyeron a los devotos del islam en el sur de Asia o de África. De hecho, muchos de ellos hoy día sufren las consecuencias, especialmente al emigrar a Europa.
¿Quién dijo que Dios es hombre?
Uno de los argumentos culturales racistas utilizados contra los musulmanes es el supuesto “abuso patriarcal y sexista de la mujer”.
En su afán por mostrar al pueblo islámico como "inferior", los poderes coloniales sostuvieron desde hace siglos que los hombres “incivilizados” y “violentos” oprimen a sus esposas e hijas.
Por eso, el criterio principal de George W. Bush para justificar la invasión en Afganistán fue la necesidad de liberar a las nacidas en esas tierras de las atrocidades de los hombres “de color”.
Durante una entrevista, la activista decolonial de origen marroquí Chaimaa Boukharsa recordó la frase profesora de Kabul Pashtana Durrani, tras el ascensión del grupo Talibán al poder en 2021, cuando dijo:
"Ya he esperado 20 años a que el hombre blanco me salvara, pero vino y nunca lo hizo, así que quiero que se vaya y deje de intentar salvarme".
Ahora sabemos que la invasión de Afganistán ocurrió por su ubicación geopolítica estratégica y su importancia en términos de recursos fósiles.
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Regresemos al diálogo de Boukharsa y al momento en que denunció cómo los obstáculos impuestos por los poderes imperiales impiden a las musulmanas teorizar y explicar su situación, “porque producir conocimiento desde el contexto está fuera de la lógica moderna”.
La autora mencionó la intención del feminismo imperialista de utilizar la imagen de las jóvenes sumisas para “seguir aniquilándolas”.
Pero, ¿es el Corán un texto misógino o una revelación emancipadora para el sexo femenino? ¿Enseña que Dios es hombre, o que ciertos atributos masculinos son divinos, superiores o sagrados?
Son muy pocos los versos de la revelación de Alá los utilizados para justificar las prácticas culturales patriarcales, y para eso los intérpretes distorsionaron bastante los sentidos del árabe clásico.
Aicha, hija del primer Califa Abou Bakr as Siddiq y esposa del profeta Mohamed, así como otras mujeres de la época, claramente rebatieron las actitudes machistas y las injusticias padecidas por otras como ellas.
No olvidemos que el islam reconoce el derecho al divorcio, a la propiedad y a la herencia femenina desde hace más de mil 400 años.
Detrás del velo
Los imperios coloniales utilizaron la figura del velo o “hiyab” para perpetuar su discurso de “héroes” y “protectores” de aquellas consideradas "débiles" y a merced de hombres "salvajes y violentos".
Personas opresivamente patriarcales, como el expresidente de Estados Unidos George W. Bush o el francés Francois Hollande, parecían cuasifeministas al lanzar sus agresiones contra los pueblos del tercer mundo.
Esta obsesión por desvelar a las mujeres musulmanas no es algo nuevo, como explicó e historió una de las teóricas islámicas más reconocidas a nivel mundial, la marroquí Asma Lamrabet.
La prohibición forzada de este pañuelo en países europeos o su descripción como símbolo de atraso son una de las estrategias orientalistas clásicas.
Según la propuesta de Lamrabet, esta elección debe residir en la libertad de cada individuo, sin imposiciones ni influencias políticas.
Desde la perspectiva musulmana, la decisión de usar dicha tela es una ética global de “decencia”, “respeto”, “moderación” y “sobriedad”.
No es determinar los estándares rígidos de cómo vestirse, sino más bien “recomendar” una “actitud” o más bien una “ética” de la ponderación en el comportamiento, lejos de la cultura del consumo y del materialismo excesivo como el que vivimos actualmente.
Las llamas dan más vida
Durante el año 2023, personas en Suecia y Dinamarca profanaron y quemaron copias del Corán, e incitaron el odio contra una comunidad que ya enfrentaba niveles altos de discriminación.
Los perpetradores tuvieron puntos de vista profundamente islamófobos y eligieron intencionadamente este texto para su acto, dada la importancia no solo en la religión sino en la identidad cultural de muchos.
El Corán es concebido como la revelación, es decir, la palabra directa de Alá. Lo más parecido a la Biblia en esta tradición son los hadices, los testimonios de la vida del profeta dichos por testigos de la época.
Todo el islam, desde la jurisprudencia hasta la espiritualidad, toma como fundamento ambos relatos.
Aquellos familiarizados con el árabe clásico reconocen que la poesía, profundidad y belleza del escrito original son incomparables e inimitables. De manera que ni siquiera sus traducciones le hacen justicia.
Salvar a Palestina
Desde el comienzo de la ocupación en Palestina, "Israel" adoptó la islamofobia como una forma de racismo dirigido contra los legítimos herederos de esas tierras.
Un informe publicado por la ONG Justice For All demostró que este problema está arraigado a la esencia misma del Gobierno de "Tel Aviv".
El texto detalló más de doscientos ejemplos de discursos racistas y deshumanizantes por parte de funcionarios, comentaristas, la población en general y sus seguidores en todo el mundo, durante el año pasado.
Para los críticos, uno de los ejemplos analizados fue cuando el ministro de Defensa Yoav Gallant declaró el 9 de octubre de 2023: “He ordenado un asedio completo a la Franja de Gaza. No habrá electricidad, ni comida, ni combustible, todo está cerrado. Estamos luchando contra los animales humanos”.
Otro ejemplo alarmante fue el discurso del primer ministro, Benjamín Netanyahu, al invocar un supuesto mandato divino para atacar brutalmente a hombres, mujeres, niños y animales.
Esta campaña de deshumanización provocó la muertes de miles de civiles en Palestina, perpetró horribles crímenes contra musulmanes en otras partes del mundo y eliminó las posibilidades de encuentro o entendimiento.