Arqueólogos indagan en el misterio de los sacrificios moche
La tumba contenía los restos de seis personas, incluido el cuerpo bien conservado de una mujer de alto estatus.
Esta fue la primera vez que los arqueólogos encontraron un tipo de ritual de sacrificio tan peculiar. Hace mil 500 años, dos adolescentes perdieron la vida, estrangulados como parte de una antigua ceremonia funeraria andina.
La violenta muerte del chico ocurrió justo después de la de su padre. La de la chica llegó cuando falleció su tía, la gobernante Cao.
Ambos pertenecían a la cultura moche, habitante de nueve valles fluviales a lo largo de la costa norte de Perú entre el año 300 y el 950 después de Cristo.
En la cúspide de su jerarquía social había una élite política y religiosa que libraba guerras, personificaba deidades y enterraba a sus muertos en huacas de adobe.
Las víctimas del sacrificio resultaron enterradas en una tumba ubicada bajo de una estructura pintada en forma de pirámide, llamada Huaca Cao Viejo.
El espacio contenía los restos de seis personas, incluido el cuerpo bien conservado de una mujer de alto estatus.
Durante mucho tiempo, los expertos asumieron que los grupos funerarios de la élite moche, como este, estaban conformados por miembros de la misma familia.
Pero el nuevo artículo publicado en la revista Proceedings of the Nacional Academy of Science es el primero en demostrarlo de manera científica, tras el análisis genético realizado por los investigadores.
Los arqueólogos argumentan que este tipo de sacrificio ritual representa una forma más privada y digna, probablemente reservada para individuos de mayor estatus social.