La Habana en sus 506 años: La ceiba de El Templete
Cuentan las memorias antiguas que el nacimiento simbólico de la ciudad fue a la sombra de una ceiba que ha sido muchas y la misma a través de los siglos.
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La Habana en sus 506 años: La ceiba de El Templete. Foto: Shutterstock
La Villa de San Cristóbal de La Habana celebrará sus 506 años este 16 de noviembre. Es probable que cientos de personas se unan a la larga fila que, como cada año, culmina junto a la ceiba fundacional en El Templete.
Cuentan las memorias antiguas que el nacimiento simbólico de la ciudad fue a la sombra de una ceiba que ha sido muchas y la misma a través de los siglos.
A pocos metros de la bahía, en un extremo de la Plaza de Armas, la más antigua de la capital, los participantes girarán tres veces, en sentido contrario al reloj, alrededor del tronco, renovando el ancestral rito de la esperanza.
Desde el año 1519, el capitán general Don Francisco Dionisio Vives propuso la edificación del Templete para conmemorar la fundación de la urbe, y con ella, perpetuó el legado de uno de los monumentos más emblemáticos.
Por orden del gobernador Francisco Cagigal de La Vega, en este lugar, resultó eregido en 1754 la columna conmemorativa de tres caras, con inscripciones –columna Cagigal–, rematada por una imagen de la virgen del Pilar y entrado el siglo XIX, el propio Vives instauró las nuevas obras en sus alrededores para enaltecer el sitio.
La primera piedra resultó colocada el 21 de noviembre de 1827 con arreglo a los planos elaborados por el coronel Antonio de la Torre y bajo la dirección del Regidor, Francisco Rodríguez para su posterior inauguración cerca de cuatro meses después, el 19 de marzo de 1828.
Ese templo cobra especial significación para locales y visitantes que admiran su belleza externa mientras en su decoración interior resaltan tres grandes murales del pintor francés Juan Bautista Vermay, fundador de la famosa Academia habanera de San Alejandro.
Posteriormente las cenizas del artista y su esposa, fallecidos en la Isla, se depositaron en una urna en el interior del monumento junto al busto del autor.
Como símbolo de La Habana, se ha conservado a lo largo de los siglos gracias a diversas intervenciones y en el jardín se sembraron otros árboles de ceiba.
Desde los años 1990 y convertido en museo, El Templete forma parte de los disímiles monumentos que resguardan los especialistas de la Oficina del Historiador, y garantizan su consolidación y perdurabilidad arquitectónica.
Al Mayadeen Español