Tráfico de especies en México: corrupción al descubierto
El tráfico de especies es un delito federal que comprende la extracción, acopio, transporte, comercialización y posesión ilegal de ejemplares.
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Tráfico de especies en México: corrupción al descubierto
El tráfico de especies en México es un negocio ilícito que prospera en la sombra, a menudo con la complicidad de quienes deberían combatirlo.
Una reciente investigación del medio Diario-Red arrojó luz sobre la manera en que autoridades ambientales presuntamente facilitaron esta actividad criminal.
La red operó, al menos, a lo largo del sexenio de Enrique Peña Nieto y hasta la mitad del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, cuando fue detectada y desarticulada, aseguró la Secretaría de Medio Ambiente.
¿Qué es el tráfico de especies?
El tráfico de especies es un delito federal que comprende la extracción, acopio, transporte, comercialización y posesión ilegal de ejemplares, productos o subproductos de flora y fauna silvestre.
No se limita a animales vivos; incluye pieles, colmillos, plantas y madera extraídos de su hábitat natural sin los permisos correspondientes, violando las normativas nacionales e internacionales.
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Abordar esta problemática en México
En un país megadiverso como México, hogar de aproximadamente el 10 por ciento de las especies del planeta, combatir este problema es una prioridad.
Ignorarlo no solo acelera la extinción de especies endémicas, sino también degrada ecosistemas enteros, afecta a las comunidades que dependen de ellos y, como veremos, fomenta corrupción institucional.
Contexto y alcance del tráfico de especies en México
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Tráfico de especies en México: corrupción al descubierto
El tráfico de especies es uno de los negocios ilícitos más lucrativos del mundo, solo por detrás del narcotráfico, la falsificación y el tráfico de personas.
Según la investigación de Diario-Red, su alcance es devastador en México. Se estima que nueve de cada diez animales capturados para el mercado ilegal mueren durante el proceso de captura y transporte.
Biodiversidad mexicana y especies endémicas
Las principales víctimas son especies en peligro de extinción. Guacamayas rojas y verdes, loros de cabeza amarilla, tucanes, monos araña, ocelotes y jaguares son algunos de los más afectados.
Aunque las cifras exactas son difíciles de consolidar debido a la naturaleza clandestina del delito, se sabe que entre 2010 y 2022 se decomisaron miles de ejemplares.
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente reporta constantemente aseguramientos, pero los expertos coinciden en que esto es solo la punta del iceberg.
Mecanismos y actores clave
La red del tráfico de especies es compleja y opera con una eficiencia letal. Inicia con cazadores furtivos locales, a menudo en condiciones de pobreza, que capturan a los animales.
De ahí, los ejemplares pasan a intermediarios que los transportan en condiciones inhumanas, ocultos en maletas, cajas o incluso dentro de piezas de vehículos.
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Rutas y métodos de transporte
Las rutas del tráfico son variadas, utilizando carreteras federales, aeropuertos y puertos marítimos.
En los últimos años, la venta de animales exóticos y fauna silvestre explotó en redes sociales y plataformas de comercio electrónico, dificultando aún más su rastreo y regulación.
Casos recientes de corrupción
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Tráfico de especies en México: corrupción al descubierto
La investigación periodística de Diario-Red documentó cómo, a través de mecanismos aparentemente legales, se permitió el movimiento y la comercialización de especies protegidas.
Este tipo de corrupción es especialmente dañino, pues utiliza la propia estructura del Estado para desmantelar la protección ambiental desde adentro.
Los hallazgos clave del análsiis apuntan a la expedición de autorizaciones irregulares y a la falta de seguimiento en decomisos.
Según los documentos expuestos, se habrían facilitado trámites para Unidades de Conservación de la Vida Silvestre que en realidad funcionarían como fachadas para lavar animales extraídos ilegalmente.
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Ejemplos de decomisos irregulares
Uno de los focos de la investigación son los decomisos en la Zona Metropolitana del Valle de México, donde se interceptaron cargamentos de animales exóticos cuyo destino final nunca fue esclarecido del todo.
En su mayoría resultaron devueltos a los presuntos traficantes bajo pretextos legales cuestionables. Estos casos muestran un modus operandi donde la ley es manipulada para beneficiar al infractor.
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Consecuencias ambientales
El impacto del tráfico va mucho más allá del sufrimiento individual de cada animal. La extracción masiva de fauna silvestre desequilibra ecosistemas enteros.
Cada especie cumple una función: polinizar plantas, dispersar semillas o controlar poblaciones.
Los animales que sobreviven a menudo sufren estrés crónico, malnutrición y enfermedades. Muchos son incapaces de ser rehabilitados y reintroducidos a su hábitat, condenados a una vida en cautiverio.
Efectos en ecosistemas y salud pública
La extracción de depredadores, por ejemplo, puede causar una sobrepoblación de herbívoros que arrasan con la vegetación.
Además, el manejo de animales silvestres sin control sanitario aumenta drásticamente el riesgo de transmisión de enfermedades zoonóticas a los humanos, como ha quedado demostrado con diversas pandemias globales.