Aurora boreal cubrió los cielos de Europa y Las Américas
La actividad del Sol generó auroras SAR, captadas con claridad por observadores en tres continentes.
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Aurora boreal, Colorado, EE. UU.
Un estallido de energía solar, al pasar cerca de la Tierra, iluminó esta semana el cielo nocturno de partes de Europa, Norteamérica y Centroamérica.
Desde estas regiones, numerosos observadores fotografiaron las auroras SAR (acrónimo de Stable Aurora Red arch o Arcos Rojos Estables), una especie de reflejo lejano de las estructuras que suelen formarse en latitudes boreales a gran altura.
Algunos reportes mencionaron un resplandor rojizo cercano al horizonte norte, aunque las cámaras —más sensibles que el ojo humano— lo captaron con gran claridad.
La aparición de auroras SAR es relativamente habitual, así como las variaciones en su intensidad según evoluciona la actividad geomagnética.
De hecho, ya hubo reportes similares en mayo del año pasado, en otro momento álgido —como el actual— del ciclo solar.
En estos momentos, el Sol atraviesa una fase especialmente activa, marcada por grandes erupciones que liberan enormes cantidades de protones y partículas alfa (núcleos de helio) a velocidades que alcanzan los mil 800 kilómetros por segundo.
Muchos astrofotógrafos aprovechan este período para capturar imágenes espectaculares de la fotosfera solar, que evidencian la intensa actividad del astro rey.
El origen de las auroras y sus colores
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Aurora boreal Iowa, EE.UU.
Tras una emisión de masa coronal, las partículas —en su mayoría cargadas eléctricamente— pasan a integrar el llamado viento solar y se dispersan por el medio interplanetario.
Esta gigantesca ola de átomos e iones tarda entre 1,5 y 4 días en llegar a la Tierra, dependiendo de la velocidad de la ráfaga expulsada.
Las partículas son entonces atrapadas por el campo magnético terrestre y viajan por sus líneas hasta colisionar con la atmósfera superior, cerca de los polos Norte y Sur.
Cuando estas partículas interactúan con los gases atmosféricos, se originan las auroras boreales y australes.
La variedad cromática depende de las moléculas ionizadas responsables de emitir la luz: por ejemplo, el oxígeno produce tonos verdes y rojos, mientras que el nitrógeno molecular brilla en azul y púrpura.
El Sol dispara y los planetas reciben
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Aurora boreal. Valle Aosta, Italia.
El pasado 11 de noviembre, los expertos detectaron una enorme emisión de masa coronal procedente de la región activa AR14274.
Las regiones asociadas a grupos de manchas solares y, en ocasiones, a brillantes fáculas, son los escenarios donde suelen originarse las erupciones solares, desencadenadas por los cambios magnéticos que se producen en la fotosfera.
Desde estas regiones los usuarios fotografiaron las llamadas auroras SAR (acrónimo de Arcos Rojos Estables o Stable Aurora Red arch), una especie de reflejo lejano de las que se dan a gran altura en latitudes boreales.
Algunos reportes hablaron de una luminosidad rojiza cercana al horizonte norte, pero las cámaras la captaron maravillosamente dada su mayor sensibilidad.
También hubo informes en mayo del año pasado, en un momento álgido (como ahora) de la actividad solar.
En estos momentos, la estrella se encuentra en una fase especialmente activa en la que sufre grandes erupciones, acompañadas de la emisión masiva de protones y partículas alfa (núcleos de helio) a grandes velocidades (algunas del orden de mil 800 kilómetros por segundos).
Muchos astrofotógrafos aprovechan estos días para tomar imágenes increíbles de la fotosfera solar que muestran la gran actividad del astro rey.
El origen de las auroras y sus preciosos colores
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Aurora boreal. Michigán. Estados Unidos.
Tras la emisión de masa coronal del Sol, las partículas atómicas, en buena parte cargadas eléctricamente, pasan a formar parte del llamado viento solar y quedan difundidas por el medio interplanetario.
Esa gigantesca ola de átomos e iones tarda entre 1,5 y 4 días en llegar a la Tierra, en función de la velocidad de la ráfaga de masa coronal eyectada.
Las energéticas partículas quedan retenidas en el campo magnético de nuestro planeta.
En posterior, viajan por las líneas de dicho campo hasta golpear la atmósfera superior, cerca de los polos Norte y Sur.
Cuando estos átomos interactúan con los gases de nuestra atmósfera, producen las auroras boreales y australes, respectivamente.
El cromatismo de los hermosos arcos de la luz que se mueven por el cielo dependen de las moléculas ionizadas.
Por ejemplo, el oxígeno emite luz verde y roja, mientras el nitrógeno molecular brilla intensamente en colores azules y púrpuras.
El Sol dispara y los planetas reciben
Precisamente, el 11 de noviembre hubo una enorme emisión de masa coronal desde la región solar activa catalogada AR14274.
Las regiones más activas están asociadas a los grupos de manchas solares, a veces vinculados a brillantes segmentos llamados fáculas.
Desde esas regiones suelen producirse las erupciones solares, desencadenadas por los cambios magnéticos que tienen lugar en la fotosfera solar.
Al Mayadeen Español