De todos los desafíos de política exterior del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, la guerra en Gaza es el más difícil, señaló el exembajador de Estados Unidos ante la OTAN, Robert E. Hunter.

En su artículo publicado en el sitio web Responsible Statecraft, Hunter instó al gobierno a ejercer presión para lograr un alto el fuego en Gaza y tomar en serio la resolución del “conflicto entre la Palestina ocupada e `Israel´”.

Conforme al político, la guerra en Gaza y su conexión con los riesgos de una escalada pudiera llevar a una explosión regional y eclipsar todas las preocupaciones de Biden y su gabinete.

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Los peligros en el Levante obligarán a Estados Unidos a no ser indiferente hacia la región cuando termine la guerra, indicó.

A su juicio, existe la posibilidad de una nueva Intifada en Cisjordania porque la mayoría de los palestinos perdieron toda esperanza en la voluntad de “Israel” de reconocer sus derechos humanos básicos y mucho menos permitir un Estado palestino. 

También señaló la creencia palestina de que “Israel” no impedirá a los colonos de Cisjordania el desplamiento o el asesinato.

De acuerdo con Hunter, hasta el pasado 7 de octubre, Biden y su equipo no prestaron mucha atención a la crisis palestino-israelí y hasta ahora tuvieron suerte de que la crisis no fue extendida por toda la región.

En ese sentido, exhortó a Biden a no dejar a un lado “la crisis palestino-israelí” pues está obligado a reconstruir la confianza en Estados Unidos por el bien de las políticas estratégicas y como mediador “imparcial”. 

Además, advirtió a Biden a estar preparado para correr riesgos en materia de  la política interna.