UE compra oro ilegal de Brasil mientras predica sostenibilidad
Alemania es el principal destino de este oro de dudoso origen, otros países que figuran en la lista son Italia, República Checa y Portugal.
El 94 por ciento del oro de Brasil comprado por la Unión Europea (UE) proviene de zonas con riesgo de minería ilegal, reveló un estudio.
Varios expertos compartieron con Sputnik cómo funciona la exportación de mineral ilegal y denunciaron que a los europeos nunca les ha importado la moralidad cuando se trata de enriquecerse.
Los países de la UE importaron un total de mil 665 kilogramos de oro de Brasil en 2023, por un valor de más de 17,5 millones de dólares, de ellos, es probable que mil 543 kilos, cerca del 94 por ciento del total y equivalentes a casi 16,5 millones de dólares, sean de origen ilegal, según una investigación publicada por el Instituto Escolhas.
Alemania es el principal destino de este oro de dudoso origen, responsable de mil 289 kilos (13,8 millones de dólares), mientras, otros países que figuran en la lista son Italia, República Checa y Portugal.
La directora de investigación del Instituto Escolhas, Larissa Rodrigues, explicó a Sputnik que en los estados del norte de Brasil, de donde proviene la mayoría del oro, predominan los denominados garimpos, o minas de oro, un método de extracción difícil de inspeccionar.
¿Cómo se extrae el oro en Brasil?
Hay dos métodos principales de extracción de oro en Brasil que son la minería de garimpo y la minería subterránea y para llevar a cabo ambas, hay que obtener permiso de la Agencia Nacional de Minería (ANM).
La primera está más extendida en los estados del norte, es realizada de forma más artesanal, el garimpeiro trabaja el mineral de oro presente en la superficie de la tierra, separando el elemento de los demás metales mediante el uso de mercurio.
El propio Gobierno federal caracteriza la actividad como un sistema de extracción de sustancias minerales que, por su "pequeño volumen y distribución irregular, no justifican la inversión en trabajos de investigación".
La segunda, en cambio, suele ser realizada por grandes empresas, tiene un carácter más industrial y se concentra en los estados de Minas Gerais, Bahía y Goiás.
Aunque de menor escala, el garimpo rivaliza con la minería industrial en términos de producción y actualmente, Pará (norte del país) es el segundo mayor productor de oro de Brasil, solo superado por Minas Gerais.
¿Cómo se 'lava' el oro?
Extraído legal o ilegalmente, el oro puede seguir varios caminos, como acabar en manos de un gran empresario aurífero o ser "pulverizado", explicó el coordinador del Laboratorio Amazonia, Ilegalidades y Violencias (LAIV) e investigador del Foro Brasileño de Seguridad Pública (FBSP), Rodrigo Chagas.
En la segunda opción, el oro es utilizado como moneda por los residentes locales, desde los salarios en las minas hasta el pago en el comercio y los servicios en las ciudades.
Uno de los problemas del oro ilegal, señaló Chagas, es que puede reinvertirse en otras actividades ilegales.
"El narcotráfico puede invertir en minería, pero la minería también puede invertir en narcotráfico", apuntó.
Tal ciclo económico de la extracción de oro es lo que dificulta rastrear su origen, subrayó Larissa Rodrigues.
Esto significa que el mineral procedente de un estado como Pará, donde hay más permisos de minería, "no es necesariamente ilegal, pero es de alto riesgo".
"Pasa por las manos de una persona, pasa por las manos de otra, pasa al piloto del avión, al tipo de la gasolina, hasta que llega al DTVM", subrayó la investigadora.
La Distribuidora de Valores Mobiliarios (DTVM) es una institución autorizada por el Banco Central para intermediar activos financieros y valores mobiliarios, como acciones y materias primas, es la última etapa en la limpieza del origen del oro ilegal.
Para ser exportado, todo el oro debe pasar por un DTVM y es entonces cuando se declara a las autoridades el origen del oro.
Hasta mediados del 2023, en Brasil estaba en vigor la "regla de la buena fe", por la que el vendedor del oro declaraba por sí mismo la mina de la que había obtenido el mineral.
Esto significaba que, al vender a un DTVM, bastaba con anotar el origen del metal como mina legal para que ese oro fuera considerado legal.
"La regla de la buena fe era absurda. Puedes tener buena fe para un carrito de perritos calientes", manifestó Chagas.
Detalló que con el oro, que es un metal extremadamente estratégico, se puede transportar una gran cantidad de valor con una pequeña cantidad, y esto, obviamente, tiene que estar bajo un control muy estricto.
Además de venderse al DTVM, el oro brasileño puede transportarse a otro país a través de las fronteras terrestres, como las Guayanas, Surinam o Venezuela, y ser lavado allí.
"Estas rutas son conocidas, pero no podemos estimar cuánto oro sale realmente por estas fronteras brasileñas en las Amazonas", indicó Rodrigues.
'Sostenibilidad' europea
Dos expertos consultados por Sputnik destacan el fin de la regla de buena fe como un paso importante para frenar la minería ilegal.
Los datos del Instituto Escolhas mostraron una caída de aproximadamente el 30 por ciento en las exportaciones brasileñas entre 2022 y 2023, y esto en un contexto de altos precios del oro.
"En teoría, el mercado debería estar muy caliente, exportando cada vez más", puntualizó Rodrigues.
Sin embargo, esto es solo un comienzo y, aunque medidas como una mejor protección de las fronteras son claramente necesarias para frenar el contrabando, existen recursos regulatorios que ayudarían aún más a dificultar la minería ilegal como actividad económica.
En 2021 entró en vigor en Europa el Reglamento sobre Minerales de Conflicto, que impone a los importadores la obligación de llevar a cabo la diligencia debida para garantizar que los minerales importados no proceden de zonas de riesgo o conflicto.
Sin embargo, para el Instituto Escolhas hay falta de transparencia al respecto del reglamento. Por ejemplo, los controles solo son aplicables a las importaciones que alcancen un volumen mínimo anual de 100 kilogramos en el caso del oro, lo que es fácilmente eludible por los comerciantes que quieren evitar la normativa.
La directora de investigación del instituto precisó que, por otro lado, Brasil debería tener un mayor control sobre el origen de cada oro extraído en su territorio.
En su opinión, al país le falta un sistema de rastreabilidad obligatorio.
"Necesitamos tener registrado en todo Brasil, ya sea por parte de los mineros de oro o de las grandes empresas mineras, cuánto están produciendo, cuándo sale el oro, adónde va. Hay que tener el oro documentado paso a paso hasta que llega al punto de exportación", refirió.
El profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Estatal de Río de Janeiro (UERJ), Williams Goncalves, recordó que la Unión Europea plantea grandes exigencias medioambientales a Brasil, entre ellas la protección de la Amazonia.
La cuestión ha sido incluso el mayor impedimento para la ratificación del acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la UE, que quiere imponer nuevas exigencias de protección medioambiental, pero no ofrece contrapartidas propias.
Para Goncalves, ese ha sido "el comportamiento de los europeos a lo largo de la historia".
"Desarrollan un discurso moral normativo siempre que no les perjudique. Está bien y mal, siempre a favor de sus propios intereses", agregó el profesor.
De acuerdo con el especialista, esto se puede ver en la Amazonia a través del discurso intransigente de defensa de la selva por parte de los países europeos que, al mismo tiempo, se benefician materialmente de la explotación de la selva, ya sea del contrabando de oro o de la biodiversidad "que puede dar lugar a avances científicos".
"Este cinismo, podemos decir, es histórico", concluyó Goncalves.